Del vientre materno a la alberca

AutorEsmeralda Martínez

El verano es perfecto para que los pequeños empiecen a dar sus primeras pataditas en el agua a través de ejercicios sencillos y refrescantemente divertidos.

Las clases de natación para bebés, más que enseñar a dominar propiamente la disciplina, ofrecen una educación acuática con estimulación en el agua, que los pequeños pueden empezar a practicar a partir de los 2 meses de edad.

"Lo que queremos es aprovechar los nueve meses que estuvieron en el vientre materno para darles continuidad en el agua", expresa Lulú Cisneros, propietaria y directora de la Escuela de Natación Lulú Cisneros.

"Los bebés ya saben nadar, nosotros sólo los vamos guiando, inclusive algunos ya nadan por abajo del agua de una manera muy natural", dice.

Aparte de la refrescante experiencia, los niños experimentan un ejercicio muy completo, pues todo su cuerpo está en movimiento, lo que activa su desarrollo sicomotriz.

"Es una estimulación integral; además, en lo social conviven con otros niños y emocionalmente se relacionan con sus papás, y en el área intelectual, al trabajar con juguetes, colores y sonidos, hacemos que aumenten su rango de atención".

El beneficio de tal interacción entre padres e hijos les brinda seguridad y confianza, aparte de abrir sus estímulos sensoriales por la oportunidad de conocer, tocar y ver el mundo que los rodea.

"La natación en sí es excelente deporte, y complementada con juegos ayuda al niño a discernir formas, figuras y colores, y entre más pequeños empiecen es mejor porque pierden el miedo al agua. Obviamente, hay que buscar un buen instructor", explica la sicóloga infantil Josefina Cruz Costilla.

Lo ideal son dos clases por semana con una duración de media hora, pues al ejercitar todo el cuerpo, los bebés terminan muy cansados.

"Después de una clase, el niño tarda aproximadamente 48 horas en recuperarse, por eso al terminar comen y duermen como angelitos", señala Cisneros.

Esto, de acuerdo a la sicóloga, es muy positivo para ellos, sobre todo cuando se les alimenta en el agua al terminar su actividad física.

"En esta época hay bebecitos y personas adultas que comen menos por el mismo calor, pero el ejercicio les estimula el apetito, y alimentarlos en el agua los relaja más y es una manera de premiarlos después de clase", dice.

Su primer traje de baño

Si van a ejercitarse en el agua, obviamente los chiquitines necesitarán vestir ad hoc, por lo que...

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