Vidal Garza Cantú/ Democracia y desarrollo

AutorVidal Garza Cantú

¿Qué es más importante para una sociedad, su desarrollo o la democracia? Si tuviéramos que decidir por una de las dos, ¿buscaríamos primero el desarrollo o primero la democracia?

Estas preguntas son medulares ante el reto que se avecina en la relación futura entre la sociedad y el gobierno, entre los ciudadanos y la autoridad en México. Y es que lo sucedido con la decisión frustrada del gobierno para la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco, la crisis de respeto a las instituciones y un eminente error de implementación por parte de nuestras autoridades, nos obligan a tratar de entender la correlación entre la valoración del desarrollo y de la democracia y sus consecuencias para la sociedad.

Con la cancelación del proyecto en Texcoco, ya suman 12 los intentos fallidos por construir un desarrollo de infraestructura aeroportuaria. Ya son 25 años de estos intentos, por ello, el fracaso de esta decisión debe ser visto como algo más arraigado a la condición del país y no como una falla de comunicación y entendimiento entre la sociedad y el gobierno.

En el fondo lo ocurrido en Atenco reviste una lectura distinta. Se trata de entender como sociedad el debate centenario entre justicia y bienestar, entre la idea de buscar un desarrollo para mejorar las condiciones de vida de los habitantes y el respeto a los derechos inherentes al individuo.

"Democracia y Desarrollo: Instituciones Políticas y el Bienestar en el Mundo: 1950-1990", es el título de un libro editado en el 2000 por Adam Przeworki en Cambridge University Press y del cual tomé el nombre para este artículo.

En este estudio se pone en evidencia que tanto la democracia como el desarrollo económico no tienen una liga directa. Los autores concluyen que no por ser democrático y respetuoso de las decisiones de la mayoría, un país tiene mayor crecimiento económico que una dictadura.

Lo cual nos llevaría a concluir que a lo largo de medio siglo en el mundo, un país democrático puede tener el mismo desarrollo económico que uno autoritario. Sin embargo existe una clara diferencia: los países democráticos arriban al desarrollo de una manera más justa y menos desigual que los dictatoriales.

Lo anterior como vista histórica nos lleva a que debemos de buscar que prevalezca un ambiente democrático, a pesar de que los resultados para la población en términos de su bienestar parezcan remotos como en el caso de Atenco.

Sin embargo, no todo es favorable cuando se aspira al ideal democrático. Existen...

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