La Vida de Cuadritos / Se la pasan dando largas

AutorArsenia Mata

TV Docta

Cuando empieza una telenovela y los productores le ven futuro, de inmediato piensan convertir esos 90 ó 100 capítulos de una hora en 200, sino es que más.

Las pruebas fehacientes son Rebelde y Los Sánchez, de Televisa y TV Azteca, respectivamente. Y las dos, curiosamente, refritos de las argentinas Rebelde Way y Los Roldán.

La primera era, en un inicio, un melodrama dizque para entretener con enredos de amor y otras situaciones que expusieran los conflictos comunes de los preparatorianos -aunque Anahí ya parezca que terminó el doctorado-.

Con el tiempo, su productor Pedro Damián decidió que haría una "segunda temporada", la cual entró en vigor hace unas semanas, con más elenco y nuevas aventuras.

Al escritor se le fueron quemando las ideas, pues del refrito que originalmente era, pasó a ser una copia más moderna de Cachún Cachún Ra Ra mezclada con Beverly Hills 90210, aunque por las situaciones y actuaciones se parece más a la primera.

Ver a Dulce María, Christopher Uckermann, Alfonso Herrera, Anahí y compañía copiar a cintas como Sociedad Secreta, en la que había estudiantes elegidos para pertenecer a una fraternidad, resultó fastidioso, fue vergonzoso.

Pero las bromas de mal gusto que se hacen entre ellos y con las que perjudican incluso a los maestros nos hace pensar que la serie cómica de Cachún... volvió al ataque, pero con estudiantes menos graciosos.

Aquélla por lo menos era una comedia declarada, entretenida, sana y sin tanta sangre pesada como la que vemos en pantalla.

No voy a negar que los muchachos tienen carisma y se han sabido ganar a sus contemporáneos, con todo y el derroche de banalidad que hacen en cada capítulo (¿será eso lo más atractivo?).

El sonsonete de niña chiflada de Mía (Anahí), los arranques agresivos de Roberta (Dulce María), los escotes y maquillaje cargado de Alma (Ninel Conde) y Miguel (Poncho Herrera) como súper galán salvador hablan de que a veces el contenido es lo que menos importa y la percha de algunos es lo valioso.

La telenovela tiene buenos niveles de audiencia, no lo vamos a negar, ¿pero qué culpa tenemos otra mayoría que queremos ver dramas de verdad?

Por lo menos no había que saturar un reparto con niñitos del CEA de Televisa, que no halla dónde acomodarlos y por eso los quiere recetar como los actores que México estaba esperando.

Y luego, con la historia a la que le dieron no sé cuántos capítulos más, tenemos una novela que no es novela, porque el contenido melodramático parece...

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