Un viaje de placeres simples

AutorMauricio Ramos

Fotos: Mauricio Ramos

Michoacán es mucho más que una región boscosa de mil cumbres; sus 250 kilómetros de costa, aunque poco conocidos, gozan de las mismas riquezas del Pacífico que hicieron de Guerrero y Colima dos destinos internacionalmente famosos.

Pero a diferencia de sus vecinos del norte y sur, las playas de Michoacán se encuentran en estado casi virgen. A primera vista sólo divisará unas cuantas palapas aquí y allá, pero una vez que se adentre por la costa encontrará todo un paraíso oculto.

Recorriendo la costa de Michoacán

La manera más sencilla de llegar a la costa es bajando desde Morelia por la autopista 37 que va rumbo a Uruapan. Antes de llegar tome la desviación a Nueva Italia para continuar hasta Lázaro Cárdenas.

Ya en la costa, la primera parada es Playa Azul -a 25 kilómetros de Cárdenas-, que es sin duda la favorita de todos los michoacanos, pues ofrece todos los servicios y una conveniente locación; sin embargo, ser la más popular no es garantía de que sea la más hermosa.

Lo que se debe considerar es que pocas playas cuentan con los servicios adecuados para un turista promedio; en ese sentido, Playa Azul se ha establecido como un destino más formal, pues fuera de ahí sólo encontrará hospedajes rústicos que ofrecen servicios muy básicos.

Pero de eso se trata esta aventura, de vivir la sencillez de la costa michoacana. Así pues tomamos el rumbo de Colima, por la carretera federal 200, comenzando un desfile espectacular de playas que le harán olvidar la necesidad de ese hotel de 5 estrellas.

A unos cuantos kilómetros de la desviación a Playa Azul se encuentran las playas de Las Peñas, Mexcalhuacán y Caleta de Campos, en donde se abre un panorama que hace de este recorrido un espectáculo de belleza sin igual. Si ha tenido oportunidad de conducir sobre las carreteras costeras del País, podrá constatar que ninguna tiene tal cantidad de vistas panorámicas.

Más al norte se llega a las playas de Mexiquillo, Tupitina, Huahua y Tizuapan, continuando hasta a Maruata, Faro de Bucerías, Motín del Oro, Boca de Apiza y la Punta de San Juan.

Además de éstas, a lo largo del recorrido hay algunas playitas menos conocidas que no deben ser pasadas por alto: Las Brisas, El Malacate, Carrizalillo, Playa las Cuatas y Pichilinguillo. En la mayoría hay por lo menos una palapita para pasar el día y disfrutar de un buen plato de mariscos.

Las más recomendadas

Fuera de las comodidades de Playa Azul y su ya famoso "Festival de la Tortuga Marina"...

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