Viaje al místico Yucatán

AutorMaryell Ortiz de Zárate y Ricardo Diazmuñoz

Yucatán es un estado colmado de monumentos históricos y paisajes inauditos que deben gozarse día con día. El deslumbramiento que producen las antiguas construcciones mayas, los palacios virreinales, las casonas del porfiriato, las haciendas henequeneras, los cenotes y los caminos blancos (sac-bé) alientan el deseo de ir hacia ellos una y otra vez.

Desde el aire, Mérida es un manchón que destella blancos entre las salpicaduras ocres y verdes de la vegetación. Una vez que estás en ella te das cuenta de que la capital del estado es una ciudad de veletas, palomas, vaquerías, actividad cultural intensa, gastronomía suculenta y alegría permanente.

Desde temprano hasta altas horas de la noche, los cafés y restaurantes son muy concurridos por meridanos y visitantes. En ellos se intercambian sugerencias de libros, de espectáculos y de viajes.

En sus plazas se cantan trovas, se bailan danzones, se recita, se enamora y la vida transcurre colmada de leyendas y alardes imaginativos.

La antigua T'ho es una ciudad grácil para caminarla por todos los rumbos, para conocer sus templos, museos, paseos y mercados.

Si deambulas por la Avenida Colón te encontrarás con antiguos palacetes moribundos y otros en proceso de resurrección. Si tu andanza tiene predilección por el Paseo Montejo te deleitarás con la espléndida arquitectura de casonas antañonas y con el subyugante acervo del Museo de Antropología e Historia alojado en el Palacio Cantón.

En Izamal, la Ciudad Santa integrada al programa Pueblos Mágicos de Sectur, tienes que caminar desde el amanecer hasta ya entrada la noche si quieres que tu mirada absorba todos las tonalidades del amarillo, color que hacia el crepúsculo se impregna de matices inusuales.

Los habitantes de Izamal, una de las ciudades más antiguas de Yucatán, aman profundamente su terruño, cuando te hablan de él o de la pirámide consagrada a Kinich-Kakmó ("El semblante del sol que mira con fuego" o "Guacamaya de fuego"), no ocultan su entusiasmo e insisten que recorras con calma el perímetro del enorme atrio porticado (el más grande de América) del convento de San Antonio de Padua donde se venera a la Virgen de Izamal, Reina y Patrona de Yucatán.

En fechas recientes se inauguró, en el convento, un espectáculo multimedia denominado "La Luz de los Mayas". Una razón más para viajar a este ámbito donde la realidad te parecerá extraña si no accedes a su magia.

Te sugerimos que antes de continuar hacia Chichén Itzá te acerques a la cultura maya...

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