Viaje para dos

AutorIvett Rangel

Hanna y Ashley no sólo comparten el escenario, también comparten los lugares donde viven y a donde viajan. Una vida en común, y es que no podría ser de otra manera, pues las cantantes que conforman el dueto de Ha*Ash, además, son hermanas.

Hanna decide siempre qué visitar, Ashley elige siempre dónde comer... y así su itinerario de viaje comienza a cobrar forma.

Ha*Ash las ha llevado a Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Estados Unidos y por todo México, pero ellas prefieren recordar su primer viaje solas, hace dos años, sin padres y sin hermanos, a Europa.

En ese viaje conocieron Lisboa, Madrid, París, Praga, Roma y otras ciudades más.

Hanna: Yo quería irme a Europa desde tres años antes, pero quería que me acompañara Ashley, por eso la metí a cursos de historia para que se interesara. Ella sólo se entusiasmó cuando supo que había lugares increíbles para comer y salir.

Ashley: Pero no todo fue comida, en Austria, por ejemplo, vimos nieve por primera vez.

¿Qué les impresionó?

Ha: La casa de Franz Kafka (Praga), Ashley no cabía siquiera por la puerta.

Ash: A mí me impactó el tamaño de La Monalisa, ¡qué pequeña es!

¿A qué ciudad quieren regresar?

"Lisboa me encantó. Ahí conocimos la casa de Vasco de Gama y el puerto donde zarpó Colón hacia América", dice Hanna.

"Y la casa esa de picos...", añade entusiasmada Ashley.

"Esa es la casa de Vasco de Gama", expresa con resignación Hanna. "París también es lo máximo".

"Las crepas son lo máximo", corrige Ashley.

"Pero no hay mejor ciudad que Praga, donde me impactó especialmente ver a las personas pedir limosna", recuerda Hanna.

"No estaban pidiendo dinero, sino rezando. ¿Qué no viste que traían rosarios?", ataca de nuevo Ashley.

"¡Claro que no! Sí eran limosneros..." (Hanna es la que tiene razón).

El Museo de Louvre en París, la tumba de Juan Pablo II, la Capilla Sixtina en El Vaticano y la pistas de nieve de Austria, entre otros sitios, saltan como grillos en los recuerdos de las intérpretes de ¿Qué hago yo? y Odio Amarte. Cada una tiene una opinión distinta, cada una vivió de manera diferente el viaje.

En lo único que coinciden es que ese viaje les ayudó a conocerse y respetarse más, pues tuvieron que compartir las 24 horas de cada día.

"Creo que viajar te permite conocer mejor a una persona. A nosotras, por ejemplo, nos ayudó además a encontrar nuestra independencia, porque solíamos compartir habitación, maquillaje y hasta celular, pero ya no más. Hoy pedimos cuartos separados", cuenta Ashley.

Y es...

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