Viajando Ligero/ Recordando Pearl Harbor en Texas

AutorJim Budd

Fredricksburg, a unos 90 minutos por carretera desde San Antonio, es el mejor lugar para enterarse de lo que fue el teatro del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial. Se puede pasar una mañana, una tarde o un día completo examinando las exhibiciones del Centro Histórico Almirante Nimitz. El aniversario del ataque a Pearl Harbor -acontecimiento que dio origen a esa fase de la guerra- llegará el 7 de diciembre y, con una nueva película titulada "Pearl Harbor", vuelve todo eso a la memoria.

Fredricksburg, que debe su nombre a un rey de Prusia, es una de las encantadoras ciudades colonizadas por inmigrantes alemanes a mediados del Siglo 19. Ahí llegó a la edad adulta Chester Nimitz, y desde ahí, en su calidad de Almirante de la Flota, prosiguió hasta llevar a la Marina de Estados Unidos a la victoria sobre los japoneses.

El hogar de su niñez, originalmente un hotel cuyos dueños eran sus padres, ha dejado de ser un pequeño museo donde se exhibía una colección de artículos personales para convertirse en la mayor acumulación de recuerdos de su tipo que exista en el mundo entero. La instalación sigue creciendo. Hasta los japoneses dieron su aportación.

Que un almirante haya nacido en Fredricksburg, tan lejos del mar, resulta paradójico, pero también lo fue la Guerra del Pacífico (¿cómo puede ser pacífica una guerra?). El conflicto, por lo que respecta a los Estados Unidos, empezó con la destrucción de la flota en Pearl Harbor. Terminó, menos de cuatro años después, cuando los japoneses se rindieron a bordo de un acorazado norteamericano en la Bahía de Tokio. Chester Nimitz firmó por Estados Unidos.

El museo de Fredricksburg relata lo sucedido en esos años y lo que condujo al ataque.

A fines de 1941, la mayor parte de Europa estaba bajo control alemán. Gran Bretaña parecía próxima a la derrota. Japón, aliado de Alemania, decidió apoderarse de las posesiones británicas, francesas, holandesas e incluso norteamericanas en el Pacífico. La única barrera que tenían delante era la flota norteamericana en Hawai. Después del ataque a Pearl Harbor no quedó en realidad nada de la flota norteamericana.

Ese "día de infamia," en palabras del Presidente norteamericano, Franklin Roosevelt, fue audaz y heroico desde el punto de vista de los militares japoneses. Para los Estados Unidos fue una calamidad. Aunque los dos países ya estaban próximos a la guerra, las fuerzas armadas norteamericanas no parecían darse cuenta del peligro. No se habían tomado medidas...

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