Viajando Ligero / Recordando a Pearl Harbor

AutorJimm Budd

Fue en diciembre de 1941 cuando los japoneses atacaron la base naval americana de Pearl Harbor, en Hawaii, creando -entre otras cosas- lo que hoy es el atractivo turístico más visitado de las islas. Tanta gente visita el monumento al Arizona (el propio acorazado se hundió con más de mil hombres atrapados en su interior), que las compañías de viajes recogen a los clientes a las 6:30 horas para evitar hacerlos esperar en interminables filas.

Si llegas a ir, tomar una excursión: es mucho más fácil que intentar la expedición sin un guía. Y, ya que estás emprendiendo el viaje, apúntate para realizar una visita al Museo de la Aviación Naval, abierto apenas el año pasado, y al acorazado Misuri, a bordo del cual los japoneses firmaron los documentos de rendición.

Se habló mucho del ataque a Pearl Harbor, que produjo lo inesperado. Una película que se exhibe en el Monumento al Arizona pretende explicar lo que ocasionó el ataque. Japón quería capturar las colonias extranjeras en Asia, porque necesitaba los recursos que ellas tenían. Esas colonias pertenecían a Francia y a los Países Bajos, recientemente conquistados por los nazis, y a Gran Bretaña, tan atareada en su lucha contra los nazis, que difícilmente podía defender a Hong Kong, Singapur y Malaya. Japón iba a declarar esas colonias estados independientes, aunque es dudoso el grado de independencia que pudieran alcanzar.

El Gobierno de Estados Unidos se opuso a esa trama. Más aún, detuvo las exportaciones al Japón de petróleo, acero y otros materiales fundamentales. El Canal de Panamá quedó cerrado a los embarques japoneses, y la flota norteamericana del Pacífico fue trasladada, de su base de San Diego, a Pearl Harbor.

Con la comprensible irritación, los japoneses decidieron destruir esa flota en una operación peligrosa y atrevida. El bombardeo aéreo y la guerra de los torpedos tenían que perfeccionarse. En aquellos años, el aeroplano mismo era una idea nueva, ya que se había inventado menos de 40 años antes. Una vez que quedaron afinadas esas aptitudes, una gran flota japonesa tenía que navegar miles de kilómetros a través del Pacífico abierto y confiar en llevar a cabo el plan sin ser descubierta.

El objetivo era destruir los barcos americanos, capturar las colonias...

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