Viajando Ligero / Pronósticos arriesgados

AutorJim Budd

Estrictamente hablando, el Siglo 21 empieza mañana, 1 de enero de 2001. Recuerde que al contar empieza por el número uno, no por el cero. Voy a perderme cuando escriba todos esos ceros al garabatear una fecha. En la cristiandad nadie podrá volver a hacerlo en otro millar de años, y quién sabe si en otro millar de años quedará alguien por ahí, o si estará escribiendo fechas.

Ya es bastante desconcertante pensar en cómo serán las cosas un siglo después de hoy. ¿Cómo viajará la gente? En 1901 no se había inventado el aeroplano, los automóviles eran ruidosos juguetes que se descomponían una y otra vez en calles y carreteras sin pavimentar. Hoy, por supuesto, cuando queremos ir a alguna parte nos metemos en un carro, un autobús o un aeroplano.

El mayor cambio que vamos a ver en los próximos años será la mutación de las agencias de viaje en asesorías de viaje, predice Carlos Ulibarri en Boletín Turístico.

"Doctores en viajes" es lo que se llaman a sí mismos algunos agentes de viajes en América del Sur, informa Ulibarri.

En su calidad de asesores, dice, los antiguos agentes cobrarán honorarios a sus clientes. En la actualidad trabajan gratis, cobrando comisiones sobre lo que venden. El grueso de sus ingresos provenía de las aerolíneas, pero éstas están reduciendo las comisiones que pagan. Prefieren que los pasajeros reserven sus vuelos directamente, ya sea por teléfono o, mejor aún (para las aerolíneas) por medio de internet.

Ahora bien, teclear la computadora y obtener una conexión consume mucho tiempo y puede ser irritante. Además, en México sólo hay 2 o 3 millones de personas que tienen acceso a internet, pero por otra parte en México sólo hay alrededor de un millón de personas que abordan un avión en un año cualquiera.

Para estimular el uso de internet, tanto Aeroméxico como Mexicana ofrecen tarifas especiales que sólo se consiguen en el ciberespacio.

Los compradores obtienen boletos electrónicos que algunos han calificado como boletos sin boleto. A la aerolínea se le entrega electrónicamente un número de tarjeta de crédito y, el pasajero, a su llegada al aeropuerto, presenta un número de identificación (en realidad es suficiente el simple nombre) y recibe un pase para abordar. Eso le ahorra a la aerolínea bastante dinero. Si un agente de viajes hubiera expedido el boleto, habría necesidad de considerar la comisión, además de los costos de contabilidad y otros pequeños renglones invisibles que ascienden a grandes sumas cuando los multiplicamos...

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