Viajando Ligero/ Los gigantes de Loreto

AutorJim Budd

Uno de esos misterios no resueltos es el de por qué Loreto no ha llegado jamás a florecer como destino vacacional de importancia. Ahora, tal vez está a punto de lograrlo.

Loreto se anida en la ribera del Mar de Cortés, unos 400 kilómetros más arriba de la punta de la península de Baja California.

Este es un lugar de admirable belleza donde la áspera y escarpada Sierra Gigante se precipita a un mar azul cobalto. Durante más de un siglo la ciudad fue capital de las Californias, territorio que en el Siglo 18 llegaba por el norte hasta lo que hoy es la frontera canadiense. Los jesuitas edificaron allí la primera de una cadena de misiones que acabaría por ensancharse hasta San Francisco.

No es de sorprender que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) escogiera Loreto, junto con Cancún, Ixtapa, Huatulco y Los Cabos, como emplazamiento para uno de sus desarrollos vacacionales proyectados en un plan maestro.

Pero eso fue hace más de un cuarto de siglo. Desde entonces no ha ocurrido nada. Fonatur lo intentó, pero seguía fallando. Ello era aún más asombroso porque, a diferencia de Cancún, Ixtapa o Huatulco, los turistas ya habían descubierto Loreto; los pescadores deportivos llegaban volando en sus propios aviones desde Los Angeles y otras ciudades californianas. Es más, en Loreto existían hoteles aun antes de que se terminara la carretera transpeninsular, en 1973.

Una vez que Fonatur puso los ojos en Loreto, consiguió un aeropuerto internacional y un hotel Presidente, pero eso fue allá en la época en que los hoteles Presidente eran propiedad del Gobierno. Aeroméxico, también manejada por el Gobierno en aquellos días, volaba hasta allá, pero pocos pasajeros compraban boletos.

Para impulsar el interés se construyó un espléndido centro de tenis, el John McEnroe Tennis Center, pues en la década de los 80 John McEnroe era uno de los mejores y más famosos jugadores de tenis en el mundo. Aunque se le pagaba generosamente por el derecho a usar su nombre, John McEnroe rara vez visitó Loreto. Pero tampoco acudía nadie más, ni siquiera un campo de golf de 18 hoyos sirvió de ayuda.

Una vez que Aeroméxico fue privatizada y cuya gestión debía producir ganancias, se cancelaron los vuelos a Loreto. Y cuando los hoteles Presidente también pasaron a ser parte de una empresa privada, la sociedad se desprendió de sus propiedades en Loreto.

Desde entonces han subido otros nombres a la puerta de entrada; han subido y han bajado. Hoy, el antiguo Presidente está...

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