Viajando Ligero/ La atrevida N. Orleans

AutorJim Budd

Ahora que se ha jugado el Super Tazón y ha concluido el Mardi Gras, podrías preguntarte qué hay que hacer en Nueva Orleans. La respuesta es sencilla: gozar de la sofisticación de la ciudad más sensual de la Tierra.

Lo importante es alojarse en un hotel del Barrio Francés (French Quarter), donde están los mejores; bueno, la mayoría de los mejores. Para los turistas, el Barrio Francés es Nueva Orleans. Pero en realidad es más español que francés, sólo que la ciudad parece no recordarlo. En todo caso, decididamente no es estadounidense. En el Barrio Francés puedes olvidar con facilidad que estás en Estados Unidos.

Nueva Orleans es la ciudad más grande de Louisiana, estado que hoy es apenas un trozo de lo que fue una enorme colonia francesa.

Francesa hasta 1762, cuando un monarca francés la cedió a su primo Borbón antes que rendirla a los británicos. Luego, en 1800, cuando había un Bonaparte en el trono español, Napoleón ordenó que Louisiana fuera devuelta a Francia. Y lo fue, sólo para ser vendida en 1803 a Estados Unidos. El año que viene oiremos hablar mucho acerca de eso, por el bicentenario.

Mientras estaban allí, los españoles convirtieron Nueva Orleans en una ciudad ibérica de balcones de hierro forjado con vista a pintorescos y estrechos callejones empedrados, los cuales llegan a una plaza de armas.

Los franceses, sin embargo, se aseguraron de que sus lascivas costumbres no desaparecieran. Los colonizadores, tanto franceses como españoles, se opusieron a toda influencia anglosajona, y sus descendientes siguen haciéndolo. Africa tuvo un impacto mayor.

Lugar de nacimiento del jazz, Nueva Orleans es el sitio donde encontrarás a un saxofonista soplando con su instrumento en una esquina y a un trombonista en la siguiente. Como este es el Primer Mundo, muchos músicos callejeros venden sus propios discos compactos.

Bourbon Street es Jazz Avenue y más, una rebanada de Sodoma y Gomorra donde los siete pecados capitales se encuentran fácilmente. Gennifer Flowers, que fue, antes que Mónica, la más visible de las amantes de Bill Clinton, ha abierto una cantina en el local que fuera alguna vez un restaurante atendido enteramente por travestis asiáticos. Antes de eso había sido un burdel.

Si la gula es tu pecado preferido, los restaurantes de Nueva Orleans te encantarán. Un desayuno como el de Brennan's no lo sirven en ningún otro lugar: tres platillos, cada uno acompañado de vino. Después de eso, puedes saltarte el almuerzo y pensar en la cena en...

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