Viajan con tradición

AutorArely Sánchez

Viajar a bordo de un tren por placer en México es una experiencia que pocos pueden vivir.

Hasta hace dos décadas, el transporte ferroviario en el País, ese que nació a finales del siglo XIX y vivió su auge a principios del XX, impulsado por el Gobierno de Porfirio Díaz, permitía a los mexicanos hacer recorridos por los paisajes de todo el territorio nacional.

Los ferrocarriles para transporte de pasajeros conectaron a las ciudades más importantes con comunidades enteras, gracias a la importante red de vías que se construyeron a lo largo de más de medio siglo.

La estación Buenavista, en la Ciudad de México, fue la primera que se edificó en territorio nacional, hacia el año de 1873, para las rutas del tren de pasajeros.

El Jarocho, que unía a la capital del País con el puerto de Veracruz, se convirtió en la primera ruta.

Le siguieron el Tapatío, que llegaba hasta la Ciudad de Guadalajara; el tren Regiomontano, con destino a Monterrey; El Purépecha, que iba hasta Morelia, Michoacán; el tren Constitucionalista, que servía para conectar a las ciudades coloniales de Querétaro y San Miguel de Allende con la capital, y el tren Oaxaqueño, que llegaba hasta Oaxaca.

Sin embargo, todos esos trenes debieron frenar su camino cuando la infraestructura ferroviaria dejó de ser un área estratégica para el Gobierno mexicano, y éste optó por concesionarlas al sector privado.

Las empresas privadas se hicieron cargo de seguir desarrollando las rutas de transporte de carga.

Las de pasajeros, prácticamente desaparecieron, pero las empresas decidieron darle un giro a algunas rutas y las desarrollaron como negocio turístico.

El Chihuahua Pacífico

En esta ruta se observa una audaz obra de ingeniería que cruza cañones, barrancas, grandes montañas, bosques y cañadas a lo largo de su recorrido de 656 kilómetros.

Une el poblado costero de Los Mochis, en Sinaloa, con la ciudad de Chihuahua, en el estado del mismo nombre.

Además del paisaje que va del mar al desierto, atravesando por imponentes montañas, otro de los atractivos son los 37 puentes y 86 túneles que atraviesa.

Rosalva Delgado, gerente general de Turismo de Ferromex, empresa que mantiene la concesión de la ruta, señala que desde antes de que pasara a manos del sector privado el tren Chihuahua-Pacífico (Chepe) comenzó a publicitarse como una ruta turística.

"A raíz de su privatización en 1998, nos dimos a la tarea de remodelar vagones y agregar el servicio de comedor y bar", afirma.

Los principales puntos...

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