Todo Futbol/ Viacrucis futbolístico

AutorRaúl Orvañanos

Junto con la Semana Santa llega para algunos equipos su propio Viacrucis futbolístico. De hecho, algunos han cargado con él desde el inicio de la temporada. Cual rueda de la fortuna y ante la lamentable irregularidad del campeonato la atención se ha centrado en el morbo del descenso o no descenso disfrazado.

Y aquí lo más incomprensible es la contrastante actitud entre uno y otro involucrado. León, un equipo con limitaciones futbolísticas y económicas se ve como un equipo que sabe lo que está en juego y cada acción, cada balón, lo disputan como si fuera el último.

En el Atlante no se ve esa entrega, se ve displicencia. Es un equipo con una espectacular nómina. Aquí no se carece de nombres, pero sí de hombres, diría Miloc. Parece que muchos jugadores desconocen el significado de la tradición de Atlante.

Al Atlante de toda la vida, lo mismo del General Núñez, que de Don Fernando, que de Toño García en algunos momentos y en algunas épocas, incluso las veces que descendieron, le pudieron faltar muchas, muchísimas cosas, menos entrega, espíritu y carácter.

La diferencia entre uno y otro equipo se refleja en el gol de Ordiales, que más que con la zurda le pegó con el corazón. Ordiales estaba fundido, prácticamente acalambrado, exhausto a pesar de ello, a segundos de terminar el juego fue al área a entregar la última gota de sudor y ese sacrificio se reflejó en su gol y el triunfo de su equipo.

En Pachuca, y con Atlante uno no puede entender la incapacidad de Casartelli, la increíble apatía de Arangio o la no inclusión, desde el inicio, de Carlos Sánchez. Nos da la impresión que a muchos de los jugadores de...

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