...Otra vez Cuevas

AutorYanireth Israde

Flanqueada por dos abogados, Beatriz Bazán, viuda del escultor José Luis Cuevas, ofreció ayer una conferencia de prensa en el jardín de su casa de San Ángel. La convocó para informar "la última voluntad" del artista -se leía en la invitación-, "limpiar" la imagen de ambos y dar a conocer "mi versión sobre la vida que llevé al lado de José Luis".

"No fui su amante ni destruí un hogar o una familia", dijo, de entrada, con voz débil aún frente al micrófono; cada tanto, los reporteros le pedían alzarla.

"No busco confrontarme con las hijas de mi difunto esposo: las señoras Mariana, Ximena y María José", había dicho antes. Luego lanzó: "No han quedado satisfechas con las donaciones que en vida les hizo su papá, por lo que, aclaro, no existe más herencia que repartir".

La "última voluntad" del escultor fallecido el pasado 3 de julio, trazada en letra manuscrita junto con un autorretrato, fue notariada el 23 de mayo de 2014: "Es mi voluntad que cuando muera, mi cuerpo sea cremado. Las cenizas deben ser entregadas a ti, mi esposa Beatriz del Carmen Bazán de Cuevas".

También fue voluntad de su marido no permitir la entrada de sus hijas ni de su hermano Alberto al funeral ni al homenaje en Bellas Artes, afirmó, aunque no exhibió acta notarial de la referida prohibición. Era el deseo de Cuevas que las cenizas de ambos fueran depositadas, juntas, en la urna de la escultura Los siameses, instalada en Avenida Altavista, y pretendía que ésta fuera resguardada en la Catedral Metropolitana.

Otra acta notariada, 13 días antes de la muerte del escultor, incluye la prohibición de que su vida "sea materia de algún documental o película biográfica, libro o de cualquier otro tipo de obra de esta índole", salvo autorización de él o su esposa.

El registro y documentación puntual de estos temas contrastó con la situación del Museo Cuevas, en el Centro Histórico, que custodia la obra donada por el artista y albergaba también su archivo.

"No sé del archivo. No tengo idea. Fuera de las cartas que él me escribió, aquí (en la casa de San Ángel) no hay otro (archivo). Tengo entendido que las cartas él las prestó al museo. Incluso él estuvo preguntando, porque desaparecieron en vida de Bertha (Riestra, primera esposa...

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