El vestíbulo del poder
| Autor | Doris Gomora |
Encerrado en su casa de la Calle de Wagner en la colonia Guadalupe Inn, Cuauhtémoc Cárdenas tomó, un día de 1942, la decisión de su vida: no asistir más a la escuela primaria.
La crítica mordaz que recibió de uno de sus compañeros a su padre, Lázaro Cárdenas, quien había dejado dos años atrás la presidencia de la República, le provocó tal incomodidad al niño de ocho años que, sin más, dejó de asistir a la escuela primaria pública en la que estaba inscrito.
Al tercer día, su padre le preguntó: "¿Por qué no vas a la escuela?" El niño Cuauhtémoc respondió: "Es que un compañero me molestó, pero si me inscriben en otra primaria no hay problema".
Inmediatamente fue inscrito en el Colegio Porfirio Parra, en San Angel. A partir de ese momento, Cuauhtémoc, recuerda su madre Amalia Solórzano, tuvo que aprender a vivir con el peso heredado. El de un apellido con tintes de dinastía.
Mucho antes que naciera Cuauhtémoc, su tío, Dámaso Cárdenas, fue Gobernador de Michoacán; al igual que su padre, el "Tata" Lázaro, quien además fue Presidente de México.
El mismo fue Senador y Mandatario de Michoacán de 1980 a 1986 y Jefe de Gobierno del DF de 1997 a 1999.
Ahora, dos de sus tres hijos caminan también por los dédalos del poder: Lázaro es candidato a Senador -por qué otro estado sino por Michoacán- para la 58 Legislatura, que también será definida el 2 de julio próximo; el joven Cuauhtémoc, quien ya ha sido Diputado federal, hoy, acompañando a su padre en campaña, es militante activo del PRD .
Pero para el por tercera ocasión consecutiva candidato a la Presidencia de la República, su familia no es una dinastía política, pero sí la fuente de amor que le mueve a seguir adelante.
"Somos una serie de personas que compartimos ideas, pero esto no hace una dinastía. Esto simplemente nos hace militantes de una causa a varias personas que tenemos nuestras propias identidades, que tomamos decisiones autónomamente por más que podamos coincidir en lo fundamental", afirma en entrevista a poco más de dos semanas de los comicios, este hombre convencido de que la estabilidad del país depende de la rectitud del proceso electoral.
La cuna
"¿Qué tanto de Michoacán hay en mí?" Mucho, mucho, es el origen de mis padres, es la oportunidad que me dieron los michoacanos de participar con ellos en un esfuerzo de impulsar el progreso del Estado, de transformar algunas cuestiones que había que cambiar, la confianza que me siguen dando los michoacanos en esta actividad política", se responde el aspirante a Los Pinos de la Alianza por México.
Michoacán es la entidad que hoy permite la comprensión de Cárdenas; sus más profundas convicciones, aun las políticas, tienen ahí sus raíces.
Los años en Michoacán durante la época en que se vivían los resultados del populismo impulsado por Lázaro Cárdenas tras la nacionalización del petróleo y los ferrocarriles, tienen eco en las políticas que Cuauhtémoc ha procurado en su carrera.
"Lo que vi en mi padre fundamentalmente fue congruencia entre lo que decía y hacía, entrega sin reserva alguna, sin ningún límite a las causas en las que él creyó, las que defendió toda su vida. Yo participo en otro momento de la vida de México, en otras circunstancias; trato de cumplir con mis propios compromisos", señala.
Formando un candidato
Cuauhtémoc Lázaro Cárdenas Solórzano nació el 1 de mayo de 1934 en la casa familiar de Guadalupe Inn de la capital del país, cuando su padre era el candidato a la Presidencia de la República del Partido Nacional Revolucionario, antecesor del PRI y descendiente del Partido de la Revolución Mexicana.
Justo el día en que su padre juraba como el Presidente número 52 de México, Cuauhtémoc cumplía siete meses de haber nacido. El primer paso de su vida lo dio, así, en Los Pinos, la residencia que ha albergado, desde entonces, a todos los Mandatarios del país. La familia Cárdenas Solórzano, de hecho, fue la primera en habitarla.
Los amigos de la familia Cárdenas veían a Cuauhtémoc como pequeño príncipe, hijo del Presidente, heredero del General.
Los años de Cuauhtémoc en Los Pinos transcurrieron en un ambiente...
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