Verónica Baz / Consultoras ¿Nuevos clientes?

AutorVerónica Baz

Hace apenas cien años hubiera sido imposible convencer a un empresario de que contratara a un experto por unos cuantos días para que le dijera cómo administrar su negocio. Antigua como es la administración, la consultoría estratégica y de gestión es un fenómeno recentísimo. Ni siquiera James McKinsey, al fundar una consultora con su nombre en 1926, imaginó que con él nacería una nueva profesión -una profesión digna de la era del conocimiento.

Las empresas de consultoría estratégica -las industrias en las que se especializan, el ritmo al que crecen y la apertura y ubicación de nuevas oficinas- dicen mucho sobre el desarrollo económico de un país. Si uno observa un mapa con la ubicación geográfica de las principales consultoras, se verá que éstas se encuentran aglomeradas en las capitales empresariales y financieras del mundo. De ahí que no deba extrañarnos que, mientras el crecimiento de las consultoras en América Latina ha sido bastante mesurado, haya un boom de consultoras en China e India.

El fenómeno de la consultoría es nuevo en el mundo; pero lo es doblemente en México. Muchas de las grandes consultoras -como McKinsey, AT Kearney, BCG, Bain y Booz Allen- comenzaron a jugar un papel importante en el desarrollo empresarial mexicano en la medida en que se privatizaron empresas gubernamentales, surgió la idea de que las prácticas de los negocios ofrecen lecciones importantes para el sector público y se reconoció que la apertura comercial exige una mayor eficiencia en las empresas. Con estos cambios, la consultoría fue ganando terreno. Pero falta todavía: hay varias razones para afirmar que aún no hemos visto ni la mitad de la película.

La consultoría en México todavía no cobra vuelo en tanto que el entorno regulatorio de las empresas -los clientes de las consultoras- no es el óptimo. Dado que varias industrias están dominadas por monopolios u oligopolios que llevan ahí décadas, las estrategias en estos sectores están más relacionadas con mantener el statu quo que con la innovación, el crecimiento o la competitividad. Difícilmente veremos una mayor demanda de servicios de consultoría estratégica donde el panorama está estancado, es decir, donde no están surgiendo y desapareciendo empresas.

Un segundo factor ha sido la falta de consultoras especializadas en empresas que, ya sea por su tamaño, falta de recursos o área de especialidad, no son clientes típicos de las grandes consultoras. Lo difícil es encontrar formas creativas de atender estos...

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