Veredas de México/ Brotan recuerdos en Tlalpan

AutorAntonio Suárez

El Bosque de las Fuentes Brotantes fue alguna vez el lugar de recreo donde la aristocracia afrancesada del siglo 19 pasaba los fines de semana haciendo días de campo alrededor de los famosos borbotones de agua. En las cercanías a esta barranca sólo existían algunos conventos, fincas y haciendas pertenecientes al pueblo de Tlalpan.

Según el historiador y novelista Fernando del Paso, el entonces Emperador Maximiliano y su esposa Carlota pasaron varios fines de semana en alguna hacienda de Tlalpan. Relata que por esos días se realizaban cacerías en las montañas de los alrededores.

Hoy en día cuesta trabajo imaginar que este sitio se encuentra en una esquina de la Avenida Insurgentes Sur, pero así es. El Parque Nacional de las Fuentes Brotantes existe en el corazón de Tlalpan; cuenta con 16 hectáreas de lo que originalmente fueron 126, el resto se convirtieron en casas, calles y avenidas.

Por fortuna, los manantiales que dieron origen al parque siguen existiendo, y aunque sea por un corto tramo sus aguas limpias corren a lo largo de un par de kilómetros antes de ser entubadas.

Como parte del proceso de rescate de las áreas naturales, las autoridades del Distrito Federal y delegacionales invirtieron más de 4 millones de pesos en la remodelación y mantenimiento del bosque, por lo que ahora los visitantes pueden hacer uso de instalaciones novedosas, como andadores alrededor del lago mayor, cuya circunferencia es de aproximadamente 800 metros; en las riberas existen las típicas plantas de los humedales, donde hay patos, gansos y otras aves que suelen rondar el estanque.

En los otros dos estanques, que se localizan en la parte baja de la cañada, se contemplan distintas plantas acuáticas, como los tulares, especie de bambú mexicano que antiguamente existía en las riberas del lago de Texcoco; también hay hermosos alcatraces que crecen a lo largo del arroyo.

La cañada mide aproximadamente dos kilómetros de largo. Desde la entrada del parque se pueden apreciar especies de árboles que se han ido sembrando con el tiempo, pero que no son naturales de la zona; destacan los grandes eucaliptos, algunos cedros y muchas matas de plátano que aunque no dan fruto, crean una atmósfera tropical muy atípica del Distrito Federal.

Entre las especies de árboles locales se aprecian los tepozanes, tejocotes y algunos frutales que sembraron grupos de vecinos. El parque no pudo escaparse de la construcción de algunas casas en su interior, por lo cual se han tenido que...

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