Verdi: A 100 años de su muerte

AutorLazaro Azar

MEXICO. Para los amantes de la ópera en todo el mundo, hoy es un día de inevitable conmemoración: hace 100 años, en Milán, fallecía "el oso de Bussetto", un hombre que, al margen de su labor como compositor, había sido nombrado Senador vitalicio de Italia desde 1874, pues simbolizaba para sus compatriotas esa añorada patria que finalmente se había unificado gracias a -entre otras cosaslas aportaciones en dinero y armamento con que, además de su música, contribuyó el exacerbado anticlericalista Giuseppe Verdi.

Hijo de un posadero que se esforzó por comprarle una espineta usada con la cual alentó su vocación musical, Verdi tuvo una deficiente formación que él mismo reconocía: "Soy el menos erudito de los compositores pasados o presentes". Cuando llegó a Milán, a los 18 años, le fue negada la admisión al conservatorio; entonces nadie podría vislumbrar que 11 años después y ya con algunos títulos en su catálogo, Verdi mereciera trato de héroe gracias a su ópera "Nabucco", descrita como "una suerte de compromisos entre la escuela del bel canto y la inminente escuela dramática", que años más tarde él abanderaría.

Aun antes de su estreno se comentaba entre los milaneses "tanta novedad", ya que a partir de "Nabucco", Verdi utilizó una orquesta mucho mayor a la habitual y, aunque tiene muchos fuegos artificiales de carácter vocal, en estos predominan razones emocionales por encima de propósitos exhibicionistas. "Con esta ópera puede afirmarse realmente que mi carrera ha comenzado", declaró el autor.

En su momento, Verdi era el compositor de ópera más famoso del mundo, y aunque el público enloquecía de entusiasmo ante su trabajo, había quienes se incomodaban con sus personajes de payasos jorobados o cortesanas tuberculosas. "La sensibilidad se sentía ofendida", cita el afamado crítico y musicólogo Harold C. Schönberg, quien relata que en 1855 se promovió una acción legal en Nueva York para impedir la representación de "Rigoletto" por considerarse lasciva y licenciosa en su argumento, además, "un miembro respetable del bello sexo no podría presenciarla sin que en el mismo acto sacrificara tanto el buen gusto como el pudor". Hasta el réquiem que dedicó al poeta y novelista Alessandro Manzoni fue criticado "por su dramatismo tan explícito... que sugiere una ópera más que una experiencia religiosa".

Pocos han tenido una visión tan objetiva sobre Verdi como el colaborador de este diario, José Antonio Alcaraz, quien recientemente escribió "en Verdi...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR