El verdadero problema de Estados Unidos con China

Fecha de publicación07 Noviembre 2023

Por Daron Acemoglu y Simon Johnson

Aunque se supone que todos se benefician cuando los países individuales aprovechan sus ventajas comparativas, esta teoría económica canónica puede enfrentar problemas cuando se aplica ciegamente al mundo real. En el caso de China, los líderes estadounidenses no consideraron por qué el país exhibe las fortalezas que muestra

BOSTON – En lugar de asumir que un mayor comercio internacional siempre es bueno para los trabajadores estadounidenses y la seguridad nacional, la administración del presidente estadounidense Joe Biden quiere invertir en capacidad industrial nacional y fortalecer las relaciones de la cadena de suministro con países amigos. Pero por muy bienvenida que sea esa reformulación, es posible que la nueva política no vaya lo suficientemente lejos, especialmente cuando se trata de abordar el problema planteado por China.

El statu quo de las últimas ocho décadas fue esquizofrénico. Si bien Estados Unidos siguió una política exterior agresiva (y a veces cínica) consistente en apoyar a dictadores y, en ocasiones, diseñar golpes de estado inspirados por la CIA, también abrazó la globalización, el comercio internacional y la integración económica en nombre de generar prosperidad y hacer que el mundo fuera más amigable con EU y sus intereses.

Ahora que este statu quo se ha derrumbado efectivamente, las autoridades deben articular un reemplazo coherente. Con ese fin, dos nuevos principios pueden formar la base de la política estadounidense. Primero, el comercio internacional debe estructurarse de manera que fomente un orden mundial estable. Si la expansión del comercio pone más dinero en manos de extremistas religiosos o revanchistas autoritarios, la estabilidad global y los intereses estadounidenses se verán afectados. Tal como lo expresó el presidente Franklin D. Roosevelt en 1936, “la autocracia en los asuntos mundiales pone en peligro la paz”.

En segundo lugar, ya no basta con apelar a “ganancias del comercio” abstractas. Los trabajadores estadounidenses necesitan ver los beneficios. Cualquier acuerdo comercial que socave significativamente la calidad y cantidad de los empleos de la clase media estadounidense es malo para el país y su gente, y probablemente provocará una reacción política.

Históricamente ha habido importantes ejemplos de expansión comercial que han generado relaciones internacionales pacíficas y prosperidad compartida. El progreso logrado desde la cooperación económica...

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