“Venezuela está lista para la reconquista de la democracia”

Ana Anabitarte, corresponsalOVIEDO, España, octubre 18 (EL UNIVERSAL).- Antonela Mendoza lleva los últimos meses luchando por la libertad de su hijo, el activista venezolano y ex alcalde de Chacao Leopoldo López, preso en la cárcel militar de Ramo Verde en Caracas, Venezuela, desde febrero de 2014 y quien el pasado 10 de septiembre fue condenado a 13 años y nueve meses de cárcel, acusado de instigar las revueltas populares contra el presidente Nicolás Maduro, que se saldaron con 43 muertos.

Se la ve cansada aunque con muchas ganas de seguir peleando. En estas últimas semanas no ha parado de viajar. El miércoles estuvo en Roma (Italia) donde se reunió con el Papa Francisco y el jueves viajó a Oviedo (España) para recibir el Premio que la Asociación Iberoamericana de la Comunicación, la Universidad de Oviedo y la Fundación Ealy Ortiz A.C. le dieron a su hijo “por su lucha contra la injusticia y la persecución en nombre de quienes no pueden defenderse”, según el jurado.

En entrevista con EL UNIVERSAL en esta ciudad asturiana, Antonela habla de la difícil situación en la que se encuentra su país, “al borde de una crisis humanitaria”; reconoce que su hijo está “físicamente bien pese a llevar muchos meses aislado en la torre de castigo”, y pide al presidente Enrique Peña Nieto que interceda y presione para que Maduro acepte la presencia de observadores internacionales en las elecciones del 6 de diciembre.

— Lo primero que querría preguntarle es cómo está su hijo Leopoldo.

—Físicamente está bien y tiene una grandísima fuerza espiritual e intelectual. Ahora mismo vive aislado en una torre que hay en la cárcel que le llaman la torre de castigo y que son cuatro pisos y 13 celdas. Allí pasa el día solo. No puede tener relaciones con ningún otro preso ni puede recibir a su director espiritual, ni ser visitado por sus primos, ni por sus sobrinos ni por sus amigos. Sólo puede recibir visitas de sus abogados y de sus familiares directos.

Es decir, de su mujer, y de sus padres. Y está totalmente aislado, lo que es una verdadera tortura psicológica. De 18 meses que lleva en la cárcel ha pasado un total de 6 meses aislado. Y cada vez lo tienen entre tres y cuatro semanas. Sí sale a un patio dos veces al día y también puede cocinar en una pequeña cocineta que tiene con comida que le llevamos nosotros. Y eso hace que se distraiga. Pero está viviendo un horror.

— ¿Y cómo están su marido Leopoldo y usted?

De ánimo bien. Aunque es muy duro tener a tu hijo en la...

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