Le vende Pandur su alma al teatro

AutorFrancisco Morales V.

"En mi teatro debo ir hacia donde mi miedo crece más", esgrime tajante el director esloveno Tomaz Pandur. Lo sublime, escribió Edmund Burke en el siglo 18, tiene su causa formal en el miedo.

Desde hace casi 30 años, Pandur ha construido una carrera aproximándose a los grandes temas del hombre, a la oscuridad de lo imponente, al llevar a los gigantes de la literatura, como Dante, Shakespeare y Tolstoi, a las tablas.

"Me gusta repensar los clásicos por completo, a todos los autores que todavía tienen algo que decir sobre este mundo y que nos ofrecen la oportunidad de viajar a la matriz del inconsciente, sin importar si estos trabajos fueron hechos hace tres mil años o justo ahora", indica el director, entrevistado vía correo electrónico.

Este año, Pandur traerá a la edición 43 del Festival Inter- nacional Cervantino (FIC) una nueva versión de Fausto, la "divina tragedia" de Goethe -así la llama-, en una producción del Teatro Nacional de Eslovenia.

La trama del hombre que le vende su alma al diablo es una que el director ha visitado desde 1991 con distintas compañías y apuestas escénicas.

"Uno debe mantenerse genuinamente despierto y en guardia constante para poder capturar el espíritu de los tiempos", pondera. "El mundo no es el mismo, yo no soy el mismo, el teatro no es el mismo, ¡Fausto no es el mismo!".

En el sabio Fausto, el hijo favorito de Dios, encuentra la alienación moderna y la búsqueda del hombre por entender el universo. Este texto literario, asegura Pandur, muestra una fenomenología de la especie...

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