Vence Armstrong al cáncer

Metro / Redacción

Lance Armstrong no sería tricampeón del Tour de Francia si el cáncer no hubiera aparecido en su vida.

"Es gran parte de mi secreto", comenta el estadounidense, quien en 1996 recibió un diagnóstico de cáncer testicular expandido al abdomen y al cerebro, que le concedía 50 por ciento de posibilidades de sobrevivir.

"Desde entonces enfrento la vida y el ciclismo desde una perspectiva diferente y con una nueva intensidad que nunca habría tenido sin la enfermedad", agrega.

Vaya que ha aprovechado la oportunidad, habiendo ganado el Tour de 1999 con 7'37" de ventaja, el del 2000 por 6'02" y el de este año por 6'44".

Armstrong completó la ronda francesa del 2001 con la segunda media de velocidad más alta, 40.070 km/h, y el tercer mejor tiempo en la historia de la prueba, 86h17'28".

Sin embargo, el ciclista está consciente de que el cáncer testicular puede reaparecer en su vida.

"No puedo descartar una reincidencia después de 10 ó 15 años, sigo preocupado y tengo miedo".

Como en las dos ediciones anteriores del Tour, Armstrong afrontó varias preguntas relativas al dopaje, sobre todo por su relación con el médico Michelle Ferrari, a quien la justicia italiana emplazó a juicio por su presunta experimentación con la hormona de crecimiento EPO.

"Seguiré trabajando con el doctor Ferrari hasta en tanto no se demuestre su culpabilidad, pero si es encontrado culpable romperé mi relación con él".

Sus críticos lo consideran antipático y mecánico, una caricatura del típico estadounidense presumido. Los franceses lo ven como una persona distante, sin el carisma suficiente para formar parte del acervo de campeones del Tour; la prensa...

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