Ven tras 50 años cambio educativo
| Autor | Abraham Vázquez |
Llegaron con el mismo entusiasmo de hace 50 años, cuando obtuvieron su título de maestros en la Escuela Normal Miguel F. Martínez de Monterrey.
Pero los 71 profesores, pertenecientes a la Generación 1953-1956, quienes ayer se reunieron para celebrar sus bodas de oro magisteriales, en su reencuentro, eran otros.
En lugar de aquellos maestros veitneañeros que bailaban con Elvis Presley o desfallecían por Marilyn Monroe, los docentes de la generación 56 se reencontraron como los protagonistas del último medio siglo de educación del Estado.
Y es que tan sólo su experiencia en las aulas, sumada, equivaldría a poco más de tres milenios y medio.
Fundadores de escuelas secundarias en áreas rurales, pioneras de la educación en las nuevas poblaciones de un Monterrey que crecía y maestros formadores de maestros, son algunos de los logros de algunos docentes, que asistieron a este encuentro.
"Nos tocó ser los que llevamos la segunda enseñanza (ahora secundaria) a Ciénega de Flores", señaló Francisco Xavier Guadiana Cárdenas, de 68 años, uno de los organizadores del encuentro.
"Allá como no había secundaria, los alumnos hacían dos veces sexto", recordó este maestro fundador de Escuela Comercial Marín M. Treviño, en 1959.
El docente, jubilado, agregó que la generación normalista del 56 la integraron alrededor de 200 maestros. Sin embargo sólo 71 pudieron ser contactados, y otros 27, pasaron "a mejor vida".
Al hablar de las nuevas generaciones, Guadiana Cárdenas indicó que entre los nuevos egresados hace falta más dominio de la lengua de Cervantes.
"Ahora los egresados son unos genios para la computación y las cosas electrónicas, pero les falta conocer de redacción y ortografía. Se han perdido las cosas básicas de la educación, como la ortografía y el cálculo mental", dijo.
Josefina Muñoz Ponce, una de las pioneras en llevar la educación en el área del Topo Chico, durante los 70, evocó sus años, que con el tiempo suenan heroicos.
"Antes ahí eran los tiraderos de basura y yo fui fundadora de una escuela, la Primaria Benito Juárez. Trabajábamos en un tejabancito, y supuestamente no había alumnos, pero empecé a buscar hasta juntar niños hasta que integré un grupo de 26, que fue la primera generación", comentó Muñoz Ponce.
"No alcancé a inaugurarla, porque me cambié de escuela, y hasta la fecha no está inaugurada (de manera oficial), habría que inaugurarla", recordó.
Para la docente, quien también probó la experiencia de la escuela rural, la...
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