Ven lejana cura biotecnológica

AutorNorma Zúñiga

Los medicamentos biotecnológicos, cuyo origen son sustancias producidas por organismos vivos, son la mejor opción para tratar enfermedades como cáncer y artritis reumatoide, pero su acceso en México es tardado.

Si a los pacientes les interesa adquirirlos de su bolsillo los precios de los más innovadores rondan entre los mil y más de 50 mil pesos y para que lleguen al sector público en México deben pasar al menos 4 años.

Por ejemplo, un frasco ámpula del fármaco Perjeta de 30 miligramos, indicado para el cáncer de mama, cuesta 55 mil 904 pesos en Farmacias San Pablo.

Son precisamente los altos costos de estas opciones terapéuticas los que han impactado a los presupuestos de instituciones públicas, resaltó Ignacio García-Téllez, director especialista en Farmacoeconomía y Deals de PwC México.

Son medicamentos con un precio más alto, que obviamente en su relación de costo beneficio tienen ciertas ventajas porque al lograr mejores resultados también reducen gastos adicionales de deterioro de la salud o recaídas.

Sin embargo, resaltó que falta que algunos funcionarios vean las ventajas que otorgan estos medicamentos a largo plazo.

La población asegurada bajo esquemas privados, entre el 8 y 10 por ciento, es la que mayor acceso tiene a este tipo de terapias, dejando al 90 por ciento restante con menores posibilidades.

Sobre todo (tiene menos posibilidad la) población que viva en zonas de difícil acceso, en ámbitos rurales o lejos de las zonas urbanas.

El esquema de pago por resultados, riesgo compartido o monitoreo de pacientes son opciones que otros países han implementado para abrirse a la innovación de los medicamentos

biotecnológicos.

De los seis medicamentos biotecnológicos de patente que obtuvieron su registro sanitario de 2013 al 2015, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sólo ha comprado uno, en el que este año invirtió 185 millones de pesos.

Fernando Fon, director médico de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), señaló que una vez que obtienen su clave en el Cuadro Básico del Consejo de Salubridad General (CSG), como cualquier fármaco, los biotecnológicos deben esperar poco más de 4 años para llegar a las instituciones de salud.

"Si lo comparamos con otros países donde los mecanismos de evaluación son equivalentes a los que tenemos en México, sí estamos en desventaja...

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