Ven la Ciudad como reto

AutorDora Luz Haw

Han elegido la Ciudad de México para vivir y trabajar. No sólo el cariño les une a ella, sino el reto que les representa. Para los arquitectos Bernardo Gómez-Pimienta y Javier Sánchez Corral, a esta urbe todavía le hace falta crecer y evolucionar: Gómez-Pimienta piensa que al DF le falta densidad, crecer verticalmente a través de grandes edificios; en cambio, Sánchez Corral apuesta por viviendas económicas y una arquitectura casi anónima, en sus palabras: "que no grite".

Pese a sus diferencias, tienen algo en común: una sólida trayectoria por la cual fueron electos Miembros Honorarios del Instituto Americano de Arquitectos.

Recibirán este nombramiento, que ha sido otorgado a otros mexicanos como Teodoro González de León, Ricardo Legorreta, y Enrique Norten, el próximo 16 de mayo en Boston.

Cristaliza el momento histórico

La Ciudad de México es muy chaparra: en promedio tiene dos o tres pisos de altura. Edificios más altos evitarían que se extendiera a los suburbios en menoscabo del medio ambiente, considera el arquitecto Bernardo Gómez-Pimienta.

Reconocido internacionalmente y con obra en varios países, Gómez-Pimienta disfruta de vivir en México, un País del que aprecia la tradición arquitectónica y donde vislumbra cada día más calidad en las propuestas.

"Pero los arquitectos no diseñamos las ciudades, sino los políticos y los desarrolladores que dictan hacia dónde va el crecimiento. Por eso sería el Gobierno quien tendría que impulsar una política pública y planes de desarrollo que permitieran crear un proyecto de ciudad mucho más organizado y planeado", considera.

Una torre de 67 pisos, como pretendía ser la del Bicentenario, le resulta un excelente proyecto, siempre y cuando no se ubique en una zona como Chapultepec, donde además se habrían invadido tres hectáreas del Bosque.

"Se pretendía modificar las restricciones que existen en la zona para favorecer la edificación del edificio y creo que eso no se vale, habría que quitar restricciones para todos. Creo que es un buen momento para analizar si los reglamentos existentes siguen siendo válidos.

"Houston por ejemplo, no tiene limitaciones y se mantiene en muy buen estado. Se puede construir un edificio de 200 pisos junto a uno de un piso. Valdría la pena probar algo así", considera.

Gómez-Pimienta ha realizado una labor importante en la intervención de edificios antiguos, algunos de ellos históricos, puesto que considera que es una oportunidad de otorgarles una segunda vida.

"Aunque si me...

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