Mexicar/ Vecinos vigilantes

AutorEnrique Canales

He rechazado varias veces la idea de que los vecinos de un barrio tengan oficialmente la facultad y la obligación social de volverse buenos vigilantes callejeros para ayudarse a sí mismos a mantener su barrio limpio de narcos, secuestradores, drogadictos, pandilleros y borrachos. Sin embargo, ante el avance de los peligros hacia los menores en casi todas las vecindades del país, el remedio de "vecinos vigilantes", a pesar de propiciar su propios nuevos peligros, me atrae cada vez más.

Con más frecuencia me recurre el pensamiento de que todo vecino debería de tener el derecho de participar en el orden social de su barrio de modo que sus hijos puedan caminar en paz. Esta ciudadanización de la política y del Gobierno va en congruencia de ampliar los frentes de participación ciudadana, como vigilar la calidad de estudios de sus hijos, para democratizar más las funciones del Gobierno y empoderar más a los ciudadanos. Su participación debería ser en grupo o en lo personal. La fuerza de la persona es la fuerza del grupo.

Podría ser muy malo que los vecinos se organicen para defender las calles de su barrio de narcos pues al cuajarse los grupos de control, podríamos degenerar rápidamente en denuncias falsas, en persecución y fobias a los ajenos y en un incremento de las rencillas entre vecinos. Me imagino la reclamaciones creando nuevas rivalidades: ¿Por qué no podemos pasar por este barrio? Porque nosotros los vecinos no queremos que nadie pase.

Algunos vecinos podrían tomar su rol demasiado a pecho y se tenderían a formar redes de pandillas de adultos, franquistas, gestapistas, calvinistas, inquisitivistas, mochos, talibanes y otros cuidadores de la moral pública de tan mala memoria como en los peores Gobiernos dictatoriales de izquierda y derecha.

Consciente de ello, también estoy preocupado porque nunca antes había pululado en nuestras calles tanta gente empujando a los muchachos a drogarse, pegamentarse y agruparse para violar niños y niñas, sin contar los actos de vandalismo contra escuelas, parques y hogares. El hecho es que estos actos siguen aumentando y al menos ni los panistas ni los perredistas han demostrado una contundencia sobre los del PRI en la solución de este pandemonio.

Ya sé que el problema es más profundo, que la cultura neoliberal...

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