Vecindades, joyas en riesgo

AutorYanireth Israde

Frente a las vecindades de la Colonia Guerrero, las personas apuran el paso.

Habitadas unas, en el abandono otras -decrépitos sus muros, frágil la fachada-, estas construcciones centenarias no capturan la atención del caminante ni aunque el INBA las distinga como patrimonio artístico por la relevancia de su arquitectura.

Con alrededor de 500 registros en el Listado de Elementos del Patrimonio Cultural Urbano de la Delegación Cuauhtémoc, entre ellos varios inmuebles con vecindades, la Guerrero es una de las colonias más emblemáticas de la Ciudad, pondera el arquitecto Jorge Ramos.

Los edificios de estampa porfiriana destinados a la vivienda popular son menospreciados como bienes culturales, un reconocimiento que suelen acaparar los palacios, los edificios religiosos o las antiguas casonas, agrega el estudioso del tema, cuya tesis de Maestría en Restauración de Monumentos la dedica al inmueble de Camelia 59.

"Las vecindades están en extinción", previene, "los proyectos de interés social ya no se comparan con las vecindades, el diseño arquitectónico es distinto".

Si bien las vecindades de la Guerrero no ostentan los nombres de célebres arquitectos -o ingenieros, que eran los constructores en aquella época-, muestran una arquitectura porfiriana que dota de identidad al barrio, añade Ramos.

En el caso de la Colonia Guerrero, ésta surgió en la bisagra de los siglos 19 y 20 como un barrio para obreros, principalmente empleados del ferrocarril de Buenavista, entonces en las afueras de la Ciudad, recuerda el arquitecto...

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