Ve a Hirst como un 'salvador'

AutorSilvia Isabel Gámez

MÉXICO.- Hilario Galguera tiene un dios: Damien Hirst. El artista británico lo sacó del infierno del fracaso, lo salvó del hambre y de la ruina, le mostró el camino de una nueva existencia.

"Me rescató de lo más profundo. Sí, le debo la vida a Damien Hirst", dice el galerista del artista vivo más cotizado del mundo.

Cuando lo conoció en 2004, si algo le sobraba a Galguera era tiempo. Desde que en 2000 se había visto obligado a cerrar su primera galería, sede de la reconocida ACE Gallery de Los Ángeles, después de apenas tres años de operación, cada nuevo proyecto que emprendió resultó fallido. Ya no le quedaban ahorros y pensaba que tampoco futuro.

Ese viernes llevó a Hirst a las luchas y después a Garibaldi; al día siguiente fueron al Centro Histórico. Galguera asumió el papel de guía, revelándole el significado de la muerte en México y los símbolos del mundo prehispánico, en un intercambio de ideas que permitió al artista enriquecer su obra.

"Establecimos una relación de amistad. La única diferencia seria que teníamos era que a él le encantan los Beatles y a mí los Rolling Stones".

La 'llave' hirst

En la mano derecha, Galguera lleva dos anillos, ambos regalos de Hirst.

Uno es una gran amatista, una piedra arzobispal que el artista le regaló para facilitar su relación con la "alta jerarquía eclesiástica" cuando en febrero de 2006 inauguró "La Muerte de Dios", donde algunas piezas eran corderos crucificados o rezando; el otro es una calavera de plata que muerde su dedo índice. En la izquierda, la mano de su esposa, brilla su argolla matrimonial.

Fue en el aeropuerto, de regreso a Londres, cuando Hirst se enteró de que Galguera era curador y había tenido una galería.

"Somos casi colegas y no me has dicho nada", le reprochó.

"Luego entendí que con Damien pasa lo mismo que con todos los famosos, están acostumbrados a que la gente les proponga proyectos. Saben que con sólo darles la mano uno se queda con un pedazo de oro".

Pero en esta historia pasó al revés. Fue el artista quien introdujo a Galguera a su mundo y a su empresa; en 2005 lo localizó en la feria ARCO, en Madrid, y lo invitó a Londres, adonde fue con dinero prestado, ya que había perdido su último trabajo y sólo le quedaban 50 euros en el bolsillo.

Meses después, de vuelta Hirst en su casa de Zihuatanejo, una mañana antes de irse a nadar le preguntó: "Oye, Hilario, si abres tu galería, ¿me darías una exposición?".

En 15 minutos, el tiempo que el artista tardó en regresar del mar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR