Van 2 mil a banquete de Comedor de Pobres

AutorHéctor Alvarado

Escoltado por un ejército de cocineras, ayudantes y meseros, el amplio bufet que ofreció ayer el Padre Roberto Infante en su Comedor de los Pobres ejemplifica cómo un entusiasta guía puede alcanzar metas que aparentan ser imposibles, como servir de comer por 40 años ininterrumpidos a miles que no tienen nada.

Enfundado en su sotana negra de gala, el párroco de Santa María Goretti recibió ayer -como todos los días- a más de 2 mil comensales, desde niños hasta ancianos, procedentes de las colonias aledañas a la Garza Nieto, además de un grupo de benefactores que celebraron cuatro décadas del peculiar apostolado de Infante.

Desde antes de las 8:00 horas, el ajetreo ya se sentía en el comedor enclavado en Bernardo Reyes y Luis Mora, pues los voluntarios y donativos se multiplicaban al paso de las horas.

Familias completas que bajaban de carros lujosos con comestibles de todo tipo, convocados por la celebración, se contagiaban del entusiasmo del Padre Infante y tomaban el mandil y cuchillo para ayudar en la fiesta de los 40 años del Comedor de los Pobres.

"El tiene mucho más energía que nosotros; ¿de dónde la saca?, no sé. Nos da batería a todos y a veces no le alcanzamos el paso", aseguró Lydia Irma Sauceda, brazo derecho del sacerdote desde la fundación del comedor.

"El ha sido la guía de todo esto", añadió la voluntaria por 40 años, "nos da la energía que muchas necesitamos, pues cuando flaqueamos o nos hace falta entusiasmo, con sólo verlo nos recuperamos. Tenerlo es una gran bendición".

El menú de aniversario bien podría considerarse de corte internacional, pues hubo de todo: paella, arrachera asada, tacos de trompo, ensalada rusa, pizza, hamburguesas, chiles rellenos, mole, hot dogs, lonches y barbacoa. También cerveza y whisky para algunos; pastel, glorias y chocolates para todos.

Ante tantas estufas funcionando, la cocina fue insuficiente para repartir tanta comida, por lo que el patio que divide el comedor principal y la parroquia se invadió de cocineros.

Pasadas las 12:00 horas, las filas de adultos y niños comenzaban a rodear la parroquía en espera de ser partícipes de la celebración; esta vez el número de comensales fue similar al de otra celebración multitudinaria que organiza anualmente Santa María Goretti: el Día de Reyes.

En grupos de 15 personas, las mujeres y niños recogieron un plato surtido de alimentos, para posteriormente llevárselo a sus casas; mientras que los hombres, esta vez, ocuparon el comedor infantil.

A pesar del...

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