¡Vamos mijas! / Aquí Guadalajara está Igual... a Guerrero

Cuando tenía cinco años fui al cine por primera vez, desde entonces, no he dejado de ir. Me gusta que me cuenten historias. Me encantan las vidas ajenas, entre más truculentas mejor. Soy buena espectadora. Si es comedia, me río a gusto. Con los culebrones románticos, lloro, Me meto en la trama. Desde que la realidad mexicana ha superado la ficción, me arruinaron la emoción que se siente en las películas de balacera y, persecuciones de coches. Hacerla de detective para seguirle la pista al asesino. Las películas más violentas, comparadas a las noticias que nos llegan día a día, se quedan cortas.

Lo que los testigos dicen haber visto esa noche, lo que los sobrevivientes describen haber vivido terroríficamente, los videos que circularon, la fotografía de uno de los estudiantes desollado supera cualquier película de Viernes 13. Ante los detalles escalofriantes que arroja la presunta reconstrucción de los hechos acontecidos en 26 del Septiembre Negro Guerrerense cualquier película de terror parece de Walt Disney. Cuando las películas estaban basadas en hechos reales, se les cambiaban los nombres a los personajes para destantear al enemigo, advertían que cualquier semejanza con la realidad, era mera coincidencia. Ahora nada es coincidencia. Esa noche dejó de un jalón, sin decir ni agua va, seis muertos, entre estudiantes y otros civiles, además de 25 heridos y 43 normalistas desaparecidos.

La noticia de esta masacre ha conmocionado a la opinión pública mundial. Numerosos organismos internacionales y de derechos humanos han exigido al Estado Mexicano una investigación profunda y el castigo ejemplar de los autores materiales e intelectuales de estos crímenes atroces. Los están buscando por mar y tierra. La búsqueda, como Caja de Pandora, ha desatado cosas terribles como el hallazgo de fosas con restos...

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