Valorar lo 'nuevo'

AutorRebeca Pérez Vega

La identidad de una ciudad se mide, en parte, por sus paisajes construidos. A partir de la arquitectura se puede calcular la pujanza de una urbe, las tendencias de organización y vivienda, las corrientes artísticas predominantes de una época, pero también es una fuerte columna que soporta los recuerdos, incluso la nostalgia de lo que fue en el pasado.

Aunque el patrimonio cultural edificado en Guadalajara, tanto histórico como artístico, ha sido protegido por ley, hay edificaciones contemporáneas que escapan al ojo custodio, aquellas construcciones que aunque tienen valor artístico y ambiental, no forman parte de los catálogos de protección, pero hay que ponerlas sobre los reflectores, estudiarlas, inventariarlas y actualizar la mirada para que no se pierdan, advierten expertos.

Las tendencias arquitectónicas están bien identificadas desde los edificios fundacionales de Guadalajara hasta la primera mitad del siglo 20.

El perímetro A, que se extiende a lo largo de 670 hectáreas, se concentra en el Centro Histórico, y protege a construcciones desde el siglo 19 hasta antes de 1900, bajo la lupa del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El perímetro B, que comprende cerca de 800 hectáreas, se ubica principalmente en la zona de las colonias y sus alrededores, con edificaciones de valor artístico relevante de 1900 hacia adelante y en ese polígono las autoridades vigilantes son la Secretaría de Cultura de Jalisco (SCJ) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), precisa el académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores, Pablo Vázquez Piombo.

Pero cuando se trata de preservar fincas denominadas como "post modernas" y contemporáneas, construidas durante la segunda mitad del siglo 20 hacia adelante, hay vacíos y omisiones que deben resarcirse: hay obras que están muy bien identificadas e inventariadas, se sabe cuándo se construyeron y quiénes son sus autores, pero hay un amplio acervo patrimonial a la sombra, que no ha sido puesto en valor, resaltan.

El trabajo de catalogación y protección debe estar a cargo tanto de la SCJ como del INBAL, pero son instituciones que están sobre saturadas de trabajo, que incluso en el caso de la segunda, no tiene presencia clara en el Estado y por eso hay falta de vigilancia y omisiones, concuerdan entrevistados.

Aunque en apariencia el patrimonio cultural edificado durante la segunda mitad del siglo 20 es reciente, hay ejemplos muy valiosos ya sea porque son propuestas...

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