Con valor natural

AutorNayla V. Magaña

A partir del confinamiento por el Covid-19, este proyecto se gestó. Creado como un huerto urbano y centro educativo ambiental, el origen que le dio vida fue entender que los niños, aun frente a la contingencia sanitaria, tenían que subsanar sus vínculos sociales, y este sitio, funcionando como kinder, a la vez, ayudó a brindarles la educación ambiental necesaria para comprender el ciclo de producción agrícola y la práctica de la sustentabilidad ligada a ello.

Ubicada en un lote suburbano provisto de minerales, tierra y piedras que permiten el cultivo de hortalizas, la obra, ganadora del primer lugar en la edición 2021 del Premio Firenze Entremuros en la categoría de Arquitectura Efímera, aprovecha el espacio para disponer los sembradíos de especies endémicas, cactáceas o aromáticas y reutilizando materiales procedentes de obras anteriores de Vertebral, despacho a cargo de su construcción.

"Era importante conseguir una arquitectura responsable con el medio ambiente pero más importante aún, que la construcción surja desde nuevos procesos constructivos impulsando un cambio de paradigma no sólo desde la educación, sino también desde la arquitectura", detalló Elías Kalach, codirector de la firma.

NOTABLE BIODIVERSIDAD

De esta manera, el plan del sitio conjuga sus espacios con un pabellón de usos múltiples inserto en la colina del terreno, lo que permite su apertura gradual hacia el jardín que le rodea.

"Todo lo que se extrae se vuelve a remontar en la estructura, manteniendo así el balance geológico del sitio. Secciones de varillas dobladas se convierten en muros de contención rellenos de piedra que envuelven el área habitable", detalló el arquitecto mexicano.

De acuerdo con...

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