El Valedor / Trenazo y memoria histórica

Fue el pasado 21 de mayo, mis valedores, cuando ocurrió el accidente del tren ligero, que me recordó el siniestro ocurrido en el Metro hace 26 años, con pérdida de 29 vidas. Por si en algo aprovecha la memoria histórica sigue aquí el relato del trenazo en la estación Viaducto, según Horacio Esparza J., por aquel entonces líder de trabajadores del metro y en 1990 todavía huésped del Reclusorio:

Vi que la tropa del cronotaquígrafo (la caja negra) estaba abierta y ya sin la cinta. El Ing. Persovski ordenó que nadie escudriñara los restos de la cabina. Esa misma noche la trasladaron y guardaron en los talleres Zaragoza...

Algunos compañeros, alarmados, me aseguraron haber visto dos conductores en la cabina del tren 09. Nos pusimos a indagar con Jefes de Estación, inspectores y conductores. Fue así como nos enteraron de que un compañero conductor había abordado la cabina de Carlos en la estación de Bellas Artes.

De tal compañero nada más se supo. No se supo más de él...

Nosotros estuvimos pendientes de los heridos en todas las cruces, esperando que el compañero se presentara a trabajar. Como no regresaba, al segundo día nos presentamos en el SEMEFO, dispuestos a dar con él. El cuadro era angustioso: había 29 cuerpos a los que estaban entregando en manos de sus familiares...

Nos mostraron los cadáveres aún sin identificar; estaban irreconocibles, pero ninguno correspondía a las facciones del compañero, que al día siguiente se presentó a trabajar. Se había bajado en Pino Suárez, y al enterarse de la tragedia se había trasladado al Edo. de Hidalgo, a refugiarse con familiares.

El panorama resultaba crítico para el Sindicato del Metro. A base de marchas y mítines acabábamos de lograr la firma de un Reglamento de Condiciones Grales. de Trabajo avanzadas, con prestaciones que aún no lograba la burocracia. ¡Hasta se elucubraba que el STC había provocado el percance para así tener motivos de no cumplir el convenio..! Por ello nos era vital esclarecer las causas de la tragedia y deslindar responsabilidades.

Fue así como relegamos las actividades y nos avocamos a la defensa del compañero conductor. Visitamos bufetes de abogados, sin resultados alentadores. El licenciado Jesús Zamora Pierce aceptó la defensa, pero nos condicionó:

- Pruébenme que el conductor es inocente, y aunque el caso es difícil y ha despertado el repudio de la sociedad, yo...

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