El Valedor / ¿Ya Taesa madre..?

Domingo, 2-I-2005. Aviancsa extravió a una menor. Ella debió viajar a Tuxtla. La olvidaron en el Aeropuerto del D.F. Un empleado negó el acceso de familiares a la sala de espera. Los pinches gringos nos lo prohíben, dijo...

Las festividades de Navidad y fin de año, mis valedores: mucho que comer, mucho que beber, mucho qué gustar, y sentirse feliz. Yo no. ¿Me permiten que los tome de paño de lágrimas? De clinis, como los llama la tía Conchis. La nota de prensa: "La Profeco anunció que las aerolíneas que, aprovechándose de la alta demanda, lleven a cabo sobreventa de boletos, serán sancionados con todo rigor". Ajale, cuidado, S.O.S...

S.O.S, sí, porque yo, previendo un desastre de vuelo como el de la Navidad de hace unos años, para mis tres días de vacaciones navideñas preferí el transporte terrestre, pero así me fue con un tal ETN, unidades según esto de lujo. Ya les contaré de ponchaduras de llantas, boletos traspapelados y lo peor: cumbias y boleros a todo volumen. Hoy, porque alguno escarmiente en desdicha ajena, aquí la crónica del viaje que después de conocer la agonía en AeroCalifornia, no creí que pudiese haber peor. ¡Y volé por TAESA..!

Los viajes ilustran, jura el lugar común. A mí, que a mi edad y a tres pasos del nuevo 2005 (y del sepulcro, tal vez), tan inocente permanecía sobre los peligros que en este país representa volar en alguna aerolínea de matrícula nacional, un viajecillo de aquí a Guadalajara, 50 minutos de duración, bastóme para abrírmelos en relación al problema, me refiero a los ojos. Hoy, de vuelta a mi depto. de Cádiz mediante guajolotero autobús que en día y medio me regresó de Guadalajara a esta mi amadísima ciudad de todas mis crisis, apenas pisé la Central Camionera me fui de inmediato y me puse a bailar hasta desahogarme, bañado en sudor.

¿Que qué? ¿Vejete chirrisco, desarreglado carcamal, que a su edad es amante de orgías, francachelas y otras chelas, de las chelas que se toman y de las Chelas que se dejan tomar? Momento, no escandalizarse imaginándome desfiguros y regazón de polilla en la discoteca. Fui a bailar, ciertamente, pero a Chalma, para bailoteando agradecer al Santo Señor que me permitió nacer por segunda vez: reencarnar, como si dijéramos, lástima que vine a reencarnar en el mismo pseudo-neo-comunistoide de siempre. Mis valedores:

Repuesto ya del espanto a bombardeos de tila, cuasia, valeriana, borraja, cuachalalá y gordolobo para que agarre sabor, en la paz del espíritu y en la paz de mi cuarto...

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