El Valedor / La selva en llamas

Y la tragedia, que se venteaba en el aire, que ya se veía venir. Excesos y desmesuras de voracidad y codicia, de rapiña y depredación. El resultado: sangre derramada. Tal es el signo de identidad, el santo y seña de la selva lacandona, de Chiapas. Leo en Reforma del pasado viernes que tras el enfrentamiento del lunes anterior entre tzeltales de Viejo Velasco y lacandones de Nueva Palestina, "Sube(n) a seis los muertos por pleito en Lacandona", y que se registra un saldo de cinco desaparecidos, treinta y ocho desplazados y un rijoso en prisión. Que helicópteros, camionetas y cientos de policías resguardan El Desempeño. La selva lacandona. Ya en el 2003 lo advertía Reforma:

La reserva de la biosfera de Montes Azules, en Chiapas, tiene riesgo "inminente" de violencia entre las comunidades que la habitan, se advirtió al gobernador de Chiapas y al presidente del país.

Y apenas en el 2005: "Monsanto, el gigante de la producción de transgénicos toca a las puertas de la selva lacandona de manera directa. En tanto, los gobiernos federal y estatal siguen adelante en su misión de vaciar de indios Montes Azules. Apenas ayer, al celebrar la reubicación de unas 170 familias indígenas en tierras palencanas, los funcionarios federales hablaron alegremente de millones de pesos..."

Y que al adquirir Monsanto la empresa mexicana Seminis gran parte de la selva lacandona, según acusaba Hermann Bellinhausen en el matutino, está en peligro inminente de convertirse en propiedad de la transnacional. Y digo yo, mis valedores: Chiapas, selva lacandona: conflictos de tierras, devastación de los bosques, enajenación a la rapiña transnacional, cadáveres. Para los capitalinos el conflicto de Montes Azules parece remoto, pero no; al igual de eso que ocurre con el energético, riqueza de los mexicanos. Ante el entreguismo de un gobierno decididamente pro-yanqui, los bosques también son vida y riqueza de y para todo el país, una riqueza a diario codiciada por las transnacionales de marras. Aquí, el requemante problema de la selva lacandona desde sus raíces históricas. Los descubridores de la riqueza lacandona, sus explotadores transnacionales, la ruina en que van dejando de aquellas selvas. La historia, que se inicia con un suceso inaudito:

Que para rapar la selva, las transnacionales actuaron siempre con permisos debidamente legalizados ¡por el gobierno de Guatemala! Que tan sólo en la década de 1860-70 y únicamente de cedro y caoba, los extranjeros cortaron más de 73 mil...

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