El Valedor / Santa simplicidad...

Los minusválidos, mis valedores, ese alharaquiento grupo de sordomudos con los que me fui a topar en el parque público la mañana del martes, 29 de abril. A la llegada de los impedidos plegué el matutino y me puse a mirarlos juguetear en los prados con silenciosa sinfonía de visajes, manoteos y gestos alharaquientos. Con ellos, pastoreándolos, aquella joven de aspecto agraciado. ¿Sordomuda, ella también? Lástima.

Pensaba en tanta vitalidad, en el goce de la vida de quienes así retozaban con su alegría silenciosa, cuando de repente, válgame, el morenillo jetón, la travesura en los ojos, me arrebataba el matutino, y jugueteaba con él, y extendiéndolo ante sus ojos, mirábalo con atención, y al descubrir la foto monumental de primera plana la mostraba a todos, y entonces aquel revuelo de manos, alas frenéticas, y unos gestos y visajes parecían mostrar asombro, indignación. Haya cosa. Yo, indulgente, quise pensar: bien haya la inocencia. Estos desdichados, menos mal, viven su vida de espaldas al áspero oficio del diario vivir entre la fauna que retrata el matutino, pero entonces, ¿por qué esas señas ante la foto de marras, y los meneos de testa, y tales gestos rabiosos, vituperosos, contra los de la foto? Como refregones de Tula, malpensado que es uno. Me decidí.

A señas interrogué a la sota moza sobre la reacción de los impedidos, y a señas me contestó, pero lástima. Me impacienté, dije: "Condenada muda, quién sabe qué está diciendo".

- Condenada su agüela, y muda su Tula, pues mire". -Y me regresó el matutino.

- Ah, tiene el don del habla.

- Como usted, si no es que mejor. Creí que el sordomudo era usted.

- Oiga, ¿por qué se alteran viendo la foto?

- Por ocurrentes que son. Por groseros. Mire que expresarse así de sus semejantes, aunque dudo que los de la foto sean semejantes de nadie.

En la foto, Fox firmaba el Acuerdo Nacional para el Campo, y miembros del Gabinete y líderes campesinos aplaudían, frenéticos. Los sordomudos, de la risa al rezongo y las señas vituperosas. Extrañado al silente alboroto intenté poner a prueba el candor. "¿Me podría traducir sus burletas y señas ofensivas?"

- No será usted oreja de Gobernación que luego la haga de UEDO, ¿verdad? - Se trabó con ellos en frenético jaleo de dedos, brazos, cejas.

- Aquí el Pepín dice que chinches políticos, que ya ni la friegan los muy cínicos y... ¡Pepín, modérate, te voy a lavar la boca con lejía..!

Achis, achis. ¿Pues cómo interpretan la foto, pobrines? Ella tornó a...

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