El valedor / ¡A matar pelones!

No olvidemos que la Guerra Cristera no la hicieron los obispos, sino los laicos católicos que estaban molestos con las leyes callistas como hoy con el matrimonio homoparental que Peña propone, afirmó el domingo antepasado Hugo Valdemar, presbítero.

¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva Cristo Rey!

Claro, sí, la insurrección de fanáticos que empapó de sangre el país, y que los Rivera y congéneres parecen dispuestos de reeditar. Aquí un esbozo de aquello horroroso que aconteció de 1926 a 1929.

La insurrección contra "el impío" Calles fue provocada por un alto clero que se rebeló, escandalizado ante la entrada en vigor de la Carta Magna de 1917, que establece el laicismo de la enseñanza primaria y ubica la religiosa en el templo o el hogar. La reacción, en 1927, del obispo de Tabasco:

- ¡Esa Constitución es la incoherente y audaz expresión de una política bárbara puesta en vigor por una oligarquía despótica para dar apariencia de legalidad a sus actos! Su llamada Constitución no es más que una doctrina de piratería.

Desde Nueva York, y luego de excomulgar a constitucionalistas y a quienes obedecieran la Carta Magna, el obispo alertaba al gobierno de EU: "¿Un posible arreglo entre vuestro país y el gobierno de México y de éste y la Iglesia Católica? ¡No! Ningún arreglo es posible entre ningún pueblo conciente y una tiranía irresponsable.

Ya encrespado el avispero, desde Roma atizaba la rebelión un J.M. González, arzobispo de Durango:

- Ya que en nuestra arquidiócesis muchos católicos han apelado al recurso de las armas y piden una palabra de su Prelado que Nos no podemos negar a nuestros propios hijos, creemos nuestro deber Pastoral afrontar de lleno la cuestión, y asumiendo con plena conciencia la responsabilidad ante Dios y la Historia, les dedicamos estas palabras:

Nos nunca provocamos este movimiento armado, pero una vez que, agotados los medios pacíficos, este movimiento existe, a nuestros hijos católicos que andan levantados en armas por la defensa de sus derechos sociales y religiosos, después de haberlo pensado...

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