El Valedor / Huesos rotos...

El camastro de hospital, mis valedores. ¿Habrá en este mundo tristura mayor, y mayor soledad, y desamparo más grande que el del solitario aquel que una tarde de domingo yacía en el camastro de hospital solo y su alma en el tiempo detenido de un cubículo que huele a desinfectante? Pobrín de él, pense al mirar a tal desdichado que, en el más apartado de los jergones del más apartado hospital del barrio distante, me miraba a lo suspicaz:

- No vaya a ser "oreja" del doctorcito...

Lo tranquilicé. No soy más que uno que iba pasando y sintió la necesidad de acercarse al humano dolor, atenido a la almendra del valimiento: "Si no tú, ¿quién? Si no ahora, ¿cuándo?" Ahí estaba yo al pie de su desazón, su abandono, su desvalimiento.

- Pero así como me ve, todo despernancado, estoy en franca recuperación, según el doctorcito. Y eso que apenas me puedo mover.

Torció la mirada. Allá, a lo lejos, el jadear asordinado de una ciudad en el dominguero letargo. Aquí, desmolada voz:

- Traumatismo global. Huesos rotos. Una Gran Cherokee, que en un principio creí que era la de nuestro humilde cardenal Rivera Carrera, el seráfico. Pero mi recuperación, estupenda dice el doctor.

Ah del que cayó en su cuarto de hora de mala fortuna...

-Sólo que pa mí la mala fortuna es mi concubina, que nos hablamos de tú, y cuál cuarto de hora: 30 años corridos, señor. Desde que uh, era yo un estudiante, y recibí aquella golpiza un 2 de octubre en Tlatelolco, me acuerdo. Desde entonces si viera cómo se me descoyuntaron los pensamientos, que ya no puedo pensar, pa su...

Puse en sus manos aquellas revistas. Finas. Papel couché.

- A ver. ¿Son de morritas en puros choninos? Ah caray...

Revistas de computación. Tecnología satelital aplicada a los negocios. Tecnobolsa.

- La divertida que me voy a dar - las guardó bajo la almohada.

- Así que traumatismo global. Huesos rotos.

- Pero ya estoy curado, según el doctor. Mire: una rajada en la panza desde aquí hasta acá, que ni en broma le voy a enseñar, qué pena. De una vez le hubieran puesto cierre, y mañana o pasado me serviría de autopsia, ¿no cree?

- Pero ya los huesos soldaron.

- ¿Soldaron? No, si la operación no fue para que soldaran. Por un diagnóstico equivocado, ¿sabe? Al levantarme de la media calle me vieron pálido y ojeroso. Que es el duodeno, y que hay que operar. ¿Duodeno? ¡Hambre! ¡Avitaminosis! Pero órale, el tajarrazo de lado a...

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