El Valedor / Histriones y plañideras...

Sacarina y oportunismo, cursilería y falso duelo de histriones y plañideras. Sigue aquí, mis valedores la melcocha y el malvavisco que genera la muerte de Luis Donaldo, delfín (¿y víctima?) de (S)alinas:

Diana Laura: "No pudo resistir la ausencia del compañero y le extendió los brazos para que la recibiera..."

Colosio: luz en las tinieblas. Abril de 1994. Escribe un A. M. Barraza: "Colosio era una luz en la tiniebla, un camino en la encrucijada, un ser superior que como Cristo fue sacrificado por los rencorosos, los envidiosos, los que percibieron que era un hombre que haría un gobierno de equidad y justicia, y su interés mayor sería para los pobres más pobres, de honradez acrisolada, que prevalecería su espíritu democrático (...) Nuestro México querido y los pueblos de la Tierra de ese llamado Tercer Mundo, ya tienen en su calendario cívico social otro héroe civil de leyenda e historia".

"Los mexicanos y extranjeros, mujeres y hombres, jóvenes y viejos, niños y niñas, hablarán en el México de hoy y del futuro, de un hombre hombre: De Luis Donaldo Colosio Murrieta, del niño que fue merecedor de ser premiado y traído a la ciudad de México desde su natal Magdalena de Kino, Sonora, para que el señor presidente Adolfo López Mateos lo saludara, lo felicitara y lo premiara por haber sido alumno ejemplar y aplicado en la escuela de su tierra querida.

"Se dirá que él no ha muerto, porque de sus cenizas brotarán las ideas nobles, el pensamiento creativo, la acción fecunda, el amor a México (...) Luis Donaldo será recordado como el provinciano que voló hacia su terruño, para darles a saber a sus amados padres la noticia de que era candidato a la presidencia de la República..."

Arbol de la esperanza. El Nacional, marzo de 1994: "El nudo en la garganta se rompió y las lágrimas rodaron hasta caer en esa que ahora cobija a Luis Donaldo. Un árbol de la esperanza. Un ahuehuete de 44 años de vida, la misma edad que tenía Luis Donaldo. El árbol de la esperanza".

Lo juró ante los reporteros un Manuel Jiménez Guzmán, priísta:

- Las balas no pueden asesinar al pensamiento, las balas no pueden masacrar la inteligencia, las balas no pueden detener la sed de libertad". Válgame.

Luis...

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