El Valedor / Zopilotera y hedor

Espinosa Villarreal, mis valedores. Malo que en México la Justicia se encuentre supeditada a la ley, y la ley a los abogados, y los abogados al dinero, que en México compra la inocencia, y con ella la absolución, y con la absolución la libertad absoluta. Malo que en nuestro país y a 25 siglos de distancia especímenes como Espinosa Villarreal mantengan viva y vigente la sentencia de Anacarsis:

"La ley es una extraña red de pescar, que atrapa pececillos y a los tiburones los deja en libertad".

O el cantar de mi tierra: "La ley, esa víbora que muerde sólo a los que caminan descansos".

Y sí. Para certificarlo ya está ahí a estas horas, encuevado en su residencia de Tecamachalco, Oscar Espinosa, como atejonados en la suya permanecen los Echeverría, López Portillo y hermana Márgara, y las primeras damas, y las segundas, y los familiares, y las comaladas de millonarios que (lo dijo Portes Gil) avienta cada sexenio. Es México.

Por que calibremos lo que en este país es la Justicia y lo que es ese altero de leyes tramadas por el Sistema para que juzguen al Sistema, ahora transcribo detalles del curriculum vitae de Oscar Espinosa Villarreal como funcionario público: Decíamos ayer:

Lo mismo que esas fosas de materia orgánica en doscomposición que, espesas e inmóviles, de repente despiden regüeldos, regurgitan y arrojan un tufo pestífero para luego volver a su mortecina inmovilidad, en la vida pública se agita la cofradía de priístas que se nos quedan como modelo de corrupción lucrativa e impune. Una vez el regüeldo de las aguas negras arrojará, entre tufos pestíferos, el nombre de alguno de los Salinas, y otras va a ser López Portillo o será Zedillo. Hoy, una vez más, la pública fama ha provocado el regüeldo de la fosa séptica al mentar un nombre que es imagen de esa delirante corrupción: Oscar Espinosa, último regente de esta ciudad capital, que pudiese clamar, a tenor del Tenorio:

"Yo a los palacios subí - yo a las cabañas bajé - y en todas partes dejé - memoria amarga de mí..."

Como el Tenorio, violador; éste, de honras femeninas; aquél, de arcas públicas, la de esos dineros que son todos y que debieran ser para beneficio de todos; saqueador de los escasos recursos de un país pobre que los Oscar Espinosa priístas han empobrecido aún más. Y a lo impune. Repito: es México.

Hombre de 47 años apenas, Lic. en Administración, Oscar Espinosa fue diputado...

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