El Valedor / ¡Ay, mis hijos..!

México de cara al año 2 mil, mis valedores. ¿Habrá en este mundo pueblo más fortunoso, si es que en el amanecer del nuevo milenio se trepa a Los Pinos otro más de los mismos, sea dinosaurio o tecnoburócrata. Comentó, en la tertulia de anoche, la tía Conchis:

- Es que a nosotros la virgencita nos tiene pero bien chiqueados. ¿Se imaginan que el próximo sea Bartlett, el mago Coperfiel de la caída del sistema en 1988? Pa su.

- Suertudos que somos (el Cosilión). Ya diviso en Los Pinos la mano diestra y el ojo de Labastida. Ya ven cómo le va con Chiapas.

La Lichona: -Mi ángel de la guarda me dice que va a quedar el Angel de la Dependencia. Como ya hizo méritos con el error de diciembre y el Fobaproa...

Habló el juguero: -Ora que nos puede caer un santo Madrazo desde Tabasco. Si en su campaña pa gobernador nos trincó ciento y tantos millones, ¿cuántos nos transaría como candidato presidencial? Jijodiún...

Ahí habló el maestro Táchira:

- ¿Y qué nos queda a los paisas, ignorantes de la sabiduría que nos legaron nuestros antepasados indígenas?

Achis. Lo miramos como diciéndole qué hongo.

- Oigan cómo elegían a su dios humano, el equivalente de nuestro dios sexenal.

Oímos: "Un año antes de la fiesta de Quetzalcóatl o Tezcatlipoca, compraban los mercaderes un esclavo que fuera bien hecho, sin mancha alguna. Lo vestían con ropas e insignias del ídolo y le ponían su nombre. El elegido andaba todo el año tan honrado y reverenciado como el mismo dios. Traía siempre consigo 12 hombres porque no se huyese.

"Tenía este indio el más bello aposento del templo, donde comía y bebía. Los señores principales le venían a reverenciar. Cuando salía por la ciudad iba muy acompañado de señores y...

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