Vacaciones en un centro comercial

AutorPatricia Miranda

Hay quienes compran cuando están de viaje y quienes viajan sólo por comprar. Para estos últimos, el "shopping" es una religión, y han hecho destinos turísticos de los centros comerciales.

Su meca favorita de consumo sigue siendo Estados Unidos, y no les importa pasar penas por inmigración, ni gastar las suelas de sus zapatos y muchos dólares ni llevar largas listas de encargos de amigos con tal de satisfacer esa insaciable gula por adquirir.

Ellos saben qué hacer y cómo moverse entre los edenes norteamericanos plagados de "malls" y "outlets", ya sea que éstos estén bajo glamorosos domos, como en Houston o Dallas, o entre pasadizos diseñados al aire libre, como en San Antonio. Pueden extasiarse ante escaparates de exclusivas marcas, pero nunca vuelven sin el producto-pretexto que los motivó para viajar.

Siempre encuentran los mejores precios y rastrean hasta conseguir el último par de tenis que queda. Son los "shopaholics", adictos al arte de comprar.

Viajeros que planean

Ellos van a lo que van, por eso viajan ligero, al menos cuando parten. Suelen hacer las maletas como si fueran "Matrioshkas", dos mudas en una bolsa que a su vez está dentro de otra valija que fue metida en una maleta "super size". O sólo llevan un "neceser", pues el set de maletas más "trendy" les espera. Si llega a faltar espacio, dejarán en el hotel las viejas pertenencias para dar cabida a las nuevas.

Lucen espontáneos, pero los respalda toda una logística. Puede ser su primera vez en determinado centro comercial, pero lo conocen a la perfección, ya que han hecho un recorrido virtual a través de la página web del "mall" que visitan, e incluso hasta han impreso un mapa y trazado una ruta por las tiendas a visitar.

Visten playeras y pantalones holgados que se quitan una y otra vez sin necesidad de despojarse de su calzado al momento en que entran al probador. Llevan los zapatos más cómodos y suelen comer ligero e hidratarse constantemente.

Su primera parada la realizan en el centro de visitantes, donde canjean las promociones, que también buscaron en la red e imprimieron previamente, por alguna tarjeta de compradores especiales. Por supuesto no salen de la oficina sin haber obtenido, a cambio de 10 dólares, un libro con cupones de descuentos.

Reconócelos, así se mueven

Los más expertos realizan su primer desembolso en las zapaterías. Saben que después de transcurridas dos horas, sus pies estarán algo hinchados y no se arriesgarán a pedir medio número más grande en las...

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