Va de hippie a 'bestseller'
| Autor | Aimeé Muñiz y Daniel de la Fuente |
El brasileño más esperado de la FIL charló la mañana de ayer en el auditorio Juan Rulfo de la Expo.
Su voz estuvo impregnada de palabras de aliento y de motivación para lanzarse a lograr los sueños, a construir la leyenda personal.
Estuvo ahí, en imágenes de video, el hombre que en la década de los 70 sólo lo escribía canciones, el hippie que con la llegada del Sargento Pimienta de Los Beatles sintió que encontraba su camino y que podía hacer cualquier cosa. Después se convirtió en el Coelho bestseller que decidió forjar su camino en las letras a los 38 años, dispuesto a enfrentarse a una lucha incansable hasta llegar al punto donde está.
Durante cerca de dos horas el escritor habló de sus experiencias en la vida, de sus procesos creativos y de "El Alquimista" o lo que él llama "la metáfora de mi vida".
Pero la mayoría de las palabras estuvieron dirigidas hacia la superación, la perseverancia y de la necesidad de vencer los miedos.
"Estamos en una batalla donde aprendemos cosas; hay que ser perseverantes, tenemos un sueño y hay que lograrlo", comentó.
"Yo no he realizado mi leyenda personal, estoy en eso. La leyenda personal mía era ser un escritor; estoy en mi leyenda. Ser un escritor significa escribir libros, cada libro es un desafío. Estoy realizando mi leyenda personal y espero honrarla hasta el momento que la señora de la silla (la muerte) me toque", expresó el autor.
A orillas del súper escritor me senté y lloré
Pocos saben cuándo Coelho se volvió lo que hoy es.
"¿Va a dedicar los libros?", gritó una mujer.
"Sólo firma", dijo un jovencito lleno de acné, ajetreado y maloliente a cigarro, "sólo firma. Nada más".
Luego de tres horas de espera, la gente se apretujaba en torno al stand de Grijalbo-Mondadori al mirar de lejos a su autor. Larga era la fila, de 400 o más personas. El desfile empezaría a las cinco de la tarde. El final sería cerca de lasnueve.
"¡Ahí viene!", exclamó una joven viendo acercarse al autor de "Brida".
"Tengan paciencia", les decía Coelho como Jesús a sus discípulos horas antes del sufrimiento. "Tengan paciencia, que ya los atenderé".
Dos jóvenes provistos de radios y músculos apartaban al gentío.
Coelho recorrió la fila de seguidores cargados de dos y hasta nueve títulos.
Llegó de nuevo al stand, reposó unos minutos en un cubículo. "Vamos, ya es tiempo", dijo a los directivos de la editorial el hombre que, dicen, les ha cambiado la vida a miles de lectores.
La gente se cuela por todos lados, el brasileño ve...
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