Usaquén: El sueño de los curiosos

AutorCarmen González

Enviada

BOGOTÁ, Colombia.- Las guías impresas lo mencionan, pero los bogotanos dicen que "está muy lejos"; tal vez por eso se ha mantenido a salvo de las multitudes de turistas que visitan Bogotá. Se trata de Usaquén, un barrio ubicado al noreste de la ciudad, justo al pie de los Cerros Orientales.

En transporte público se invierte cerca de una hora para llegar a Usaquén, partiendo desde el barrio de La Candelaria.

Vale la pena alejarse un poco del centro histórico, pues en barrios aledaños se puede descubrir la esencia provinciana de Bogotá: tranquila y amable, como debió ser toda la ciudad hasta hace algunos años.

Desde su fundación, en el siglo 16, Usaquén fue un pueblo independiente. Sin embargo, en 1954 fue anexado a la capital.

A pesar de que esta unión se dio hace más de medio siglo, Usaquén conserva su aspecto pintoresco, con calles empedradas, casitas de tejados rojos y la blanca estampa de la Iglesia de Santa Bárbara que domina el paisaje. Incluso lugares como el centro comercial Hacienda Santa Bárbara preservan el trazo de la construcción original, que data de 1776.

Quizá atraídos por esta imagen de pueblito al pie de la montaña, hasta Usaquén llegaron decenas de vendedores de artesanías y antigüedades, que hoy se agrupan en dos "mercados de pulgas" célebres en todo Bogotá: Los Toldos de San Pelayo y Carpe Diem.

El primero está más enfocado a las antigüedades, aunque también es posible encontrar artesanías de primera calidad en cuero, madera y fibras naturales. Carpe Diem, por su parte, además de las curiosidades, tiene un área dedicada a la gastronomía, destacan los postres.

Ambos tienden sus redes de "antojos hechos a mano" los domingos y resultan una excelente fuente de souvenirs para viajeros ávidos de artículos originales y coloridos.

Tal es el éxito de estos tianguis que muchos de sus integrantes han migrado de un puesto a un local, en el mismo barrio de Usaquén. Un ejemplo es el de la diseñadora colombiana Sulay Rodríguez, quien durante nueve años vendió sus creaciones en cuero con aplicaciones de semillas y cuerno, en un puesto del mercado Carpe Diem. Sus bolsos, monederos, cinturones y sandalias han enamorado a tanta gente, que desde hace cuatro años tiene su propio local, en el número 6 de la Calle 117.

Así, entre cientos de mercancías se llega hasta los otros encantos, los que van dirigidos al paladar. Y si de gastronomía se trata, todos los visitantes de Usaquén, invariablemente terminan en la BBC, la Bogotá Beer...

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