Usan metro para llegar a marcha

AutorAndro Aguilar

Las protestas apenas se percibieron en el Metro de la Ciudad de México. Fueron cerradas las estaciones Fray Servando y Jamaica de la línea 4, Candelaria de las líneas 1 y 4, y Auditorio Nacional y Constituyentes de la línea 7, bajó la afluencia pero no se sintieron los conflictos.

Los incidentes, incluso, fueron menores a los que contemplaba la autoridad del Sistema de Transporte Colectivo, quienes habían previsto cerrar el acceso de las estaciones Allende y Zócalo, y apostaron un grupo de agentes de la Policía Auxiliar en la salida de la estación Bellas Artes por si hacían falta, pero las estaciones permanecieron abiertas y poco antes de las 10 de la mañana los agentes fueron removidos.

La permanencia del servicio ayudó a que algunos de los manifestantes llegaran a su punto de partida.

Evaristo, un oaxaqueño de 26 años que es chofer de una jefatura de la sección 22 de la CNTE, regresó tres estaciones -del Zócalo a Hidalgo- para llegar a la escultura del Caballito sobre Reforma. Tenía la encomienda de incorporarse al contingente que había partido del Monumento a la Revolución.

Lo mismo hicieron dos profesoras también de Oaxaca que se reencontraron a más de 400 kilómetros de su tierra.

Ellas eran parte de los usuarios que subieron en el Zócalo y que en su gran mayoría provenían del campamento magisterial apostado en la Plaza de la Constitución. Algunos viajaban hacia Revolución, otros a Hidalgo, para incorporarse a la protesta que inicialmente la organización magisterial había descartado.

Consuelo Sánchez y Víctor Hugo Ricaño son dos maestros de secundaria que viven en Xochimilco. Él llegó al Metro Revolución con un sombrero de palma y un morral tejido cruzado sobre el pecho; ella, con una gorra de beisbolista y una cartulina enrollada con que demandaría una "reforma educativa incluyente". Viajaron más de treinta estaciones de Tren Ligero y Metro para protestar este domingo.

Después del mediodía, el suburbano comenzó a llenarse. En la superficie ya se habían dado enfrentamientos entre algunos de los manifestantes y los granaderos, pero abajo nadie pareció percibirlo.

Los policías que resguardaban las estaciones sólo notaron algo distinto a todos los domingos: la falta de bicicletas.

"Normalmente entran unas 40 al día, pero hoy...

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