Usan intimidación para desmoralizar a migrantes, acusan

TIJUANA, BC., agosto 11 (EL UNIVERSAL).- Las sirenas no dejaron de escucharse. Entre las calles de la zona centro una caravana de luces rojas y azules desfilaba frente a Espacio Migrante, un albergue temporal para solicitantes de refugio, eran cerca de una decena de patrullas. Los oficiales de la Policía Municipal consideraron que era necesario ese despliegue para los hombres, mujeres y niños que ahí viven.

Los más pequeños, al escuchar las patrullas, corrieron desde el segundo piso a la planta baja, luego hacia las escaleras y bajaron a la entrada, justo antes de abrir las rejas que impiden el paso a cualquiera que no se haya identificado.

? ¿Qué pasa?, preguntaron los niños a José, el encargado del refugio, un migrante centroamericano que al igual que el resto espera poder para cruzar hacia Estados Unidos.

? ¡Adentro, todos adentro!, les gritó, colocándose en medio: entre ellos, la puerta y los municipales.

?Buscamos a una mujer de chamarra roja, explicaron los oficiales antes de intentar entrar sin éxito.

?Aquí no hay nadie con esas características, les dijo José antes de cerrar con candado la puerta y evitarles el paso. Mientras, las familias y sus hijos esperaban arriba, desde las cuatro paredes que se han convertido en su hogar, tras huir de la violencia en sus países.

La respuesta de la corporación fue implacable y su mensaje directo: no les permitieron el paso y ellos llamaron a los refuerzos. Más de 10 patrullas se estacionaron frente al refugio, primero se pasearon frente a ellos, luego se detuvieron y ahí se quedaron, frente a los migrantes.

Para José, esa es una forma de intimidar, sobre todo por tratarse de una corporación que tiene reportes de extorsionar a migrantes.Persecución. La intimidación empieza a ser una práctica común en el norte, en Tijuana, una ciudad construida a base de gente que viene de otras ciudades para tener una mejor vida, sostiene Soraya Vázquez, abogada y directora de la organización Families Belong Together.

Vázquez indica que los operativos son una medida para infundir el temor, generar un clima adverso y criminalizar a las personas migrantes solicitantes de asilo. En el fondo, dice, buscan desalentar la migración y favorecer el retorno voluntario, ya que no encuentran ningún apoyo para sobrellevar la espera de su proceso en Tijuana.

"Observamos una política de simulación donde el discurso dice que se respetarán los derechos...

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