Urgen rescatar frescos

AutorOscar Cid de León

Los murales que adornan el interior del Teatro Sergio Magaña, que a principios del siglo pasado fungió como templo y después auditorio de la Confederación Nacional Campesina (CNC), muestran un serio deterioro que se traduce en desprendimientos causados por filtraciones pluviales, y aunque autoridades del DF señalan que es "deseable" su rescate, aún no existe un plan concreto para su reconstrucción.

Elaborados en la década de los 30 por el artista michoacano Jorge Vicario Román, los ocho frescos que integran el conjunto -a los cuales se suma un noveno de autoría anónima- fueron evaluados recientemente por el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), arrojando un diagnóstico que urge a su restauración.

Nina Serratos, coordinadora del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura del DF, operadora del inmueble ubicado en la Colonia Santa María La Ribera, señaló que existe "toda la intensión" de sanear el deterioro, por lo que ya estudian cómo atender el problema.

Ante el panorama, también deberá involucrarse la CNC, propietaria del inmueble que la Secretaría posee en comodato, dando paso a posibles vías de colaboración interinstitucional, explicó la funcionaria en entrevista.

Pero el acercamiento entre ambas instancias aún no ha ocurrido.

"Nosotros tenemos un contrato en comodato con la CNC. Ese contrato se está por renovar a principios del año que viene, y creo que ese será el escenario para plantear un esfuerzo de colaboración interinstitucional e ir tomando intervenciones en cada uno de estos frescos.

"Eso a nosotros nos encantaría, la verdad, y ojalá que se puedan sumar esfuerzos entre ambos actores. Eso sería muy deseable", señaló.

El presupuesto requerido, que según Cencropam sería aproximadamente de un millón 700 mil pesos, tendría que ser bipartita, estimó Serratos, pero al respecto no hay nada concreto todavía.

REFORMA también recurrió a la CNC para conocer su punto de vista, pero, al cierre de la edición, no se obtuvo respuesta.

Mientras tanto, la humedad continúa haciendo estragos en los murales de Vicario Román, artista que, identificado con la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, plasmó su obra en las paredes que abrazan la nave del viejo templo y auditorio.

En uno de sus frescos, incluso, que poseen una dimensión que oscila entre los 4 metros de largo por 8 de alto, fue necesario colocar una placa de acrílico sobre su superficie para evitar que los desprendimientos surtan...

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