Urge hemodiálisis para Arturo

AutorRebeca Herrejón

Hace dos años que Arturo Martell García, de 22 años, cambió las mañanas de trote en las playas de Manzanillo por la estancia en la casa de sus padres, en Guadalajara.

La insuficiencia renal que se manifestó un día sin previo aviso, cambió su plan de vida como laminador y pintor de automóviles.

Camino a su trabajo, en un taller de coches, el joven ni siquiera podía caminar, debido a la hinchazón de sus pies y los mareos que llegaron sin haber avisado antes.

"Yo no tomo, no fumo, no hago nada malo", dice, al explicar lo inesperado de su condición.

Los médicos de Manzanillo ni siquiera lo revisaron; le enviaron directo al hospital, y su familia fue a recogerlo para traerlo a Guadalajara e iniciar tratamiento en el Hospital Civil Juan I. Menchaca.

Durante dos años, Arturo estuvo bajo tratamiento de diálisis; sin embargo, en julio, los médicos le revisaron y coincidieron en que su condición de daño renal requería sesiones de hemodiálisis cada tercer día.

"Deberá ser continuo y regular, lo cual implica la necesidad de hemodiálisis con sesiones, dos veces por semana, para mantener la adecuada eliminación de toxinas urémicas", indica un documento del nosocomio, fechado el 6 de julio del 2011.

Hasta ahora, las sesiones de hemodiálisis de Arturo han sido donadas por diversas instituciones. Su mamá, Juana, ha movido cielo, mar y tierra para...

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