La Union Europea desde Estados Unidos: percepcion, investigacion, accion.

AutorRoy, Joaquin

The European Union from the United States: perception, research, action

Suena como una perogrullada: la entidad compuesta por Estados Unidos y Europa es de tal importancia que resulta imposible efectuar una labor seria de investigacion y accion practica y politica de las relaciones internacionales sin tenerla en cuenta. Sin embargo, un tema que parece simple y facil de entender revela dimensiones confusas, prenadas de estereotipos y lagunas notables en conocimientos. La relacion entre Estados Unidos y Europa adolece, en primer lugar, de que ambas partes dan por descontada la existencia plena de la otra. La mutua relacion se considera como un hecho normal forjado por el innegable evidente vinculo historico, constatable por doquier. De ahi que con frecuencia surjan conductas y malentendidos bajo la proteccion del reclamo de que los danos son corregibles por un vinculo inamovible. Si se detectan conflictos, se aduce que ambos socios estan condenados a entenderse. Si se comprueban areas de falta de conocimiento, se juzga que son subsanables con medios asequibles. En el fondo, es de comun asentimiento que los medios para el entendimiento y la colaboracion mutuos estan al alcance y, por lo tanto, la relacion efectiva no es utopica.

La metodologia para analizar las principales avenidas de esa relacion es varia y dispone de diversos angulos. Cuando no se considera como factible el repaso objetivo y neutral de esa realidad, mas alla de los datos economicos frios y constatables, el metodo de la percepcion mutua es tan recomendable como la autoevaluacion ofrecida por los estamentos oficiales a ambas orillas del Atlantico. Pero esa herramienta es, al mismo tiempo, diferente si se trata de percepciones e imagenes populares, de una elite politico-economica, o de un riguroso analisis academico. En este somero ensayo se combinan, por lo tanto, varios prismas de observacion para llegar a un retrato aproximado o, al menos, para ser simplemente posibles sendas a seguir, ya que el producto de estudios exhaustivos rebasa los limites de este sintetico analisis.

En primer lugar, por lo tanto, se requiere un repaso de la historia, mediante el aporte de datos precisos e incuestionables, con una revision de los aspectos de la personalidad de la Union Europea (UE) tal como las propias instituciones comunitarias eligen presentarse a los observadores estadounidenses. En segundo termino, se recomienda considerar el producto de estudio academico en instituciones universitarias y centros de reflexion de la Union Americana y contrastarlo con la percepcion y estereotipo de origen popular y mediatico. Este ejercicio resulta recomendable desde la otra vertiente, o sea, la percepcion y el analisis europeo de Estados Unidos. En tercer lugar conviene sopesar como la propia UE retrata la relacion con la potencia norteamericana, como quisiera verse, como contribuye al mejor conocimiento y al mismo tiempo refuerza la autocomplacencia. En forma replica, la produccion estadounidense en ese terreno, reflejada en las declaraciones oficiales, en los medios de comunicacion y en la opinion popular, es digna de atencion. En ultimo lugar, tambien conviene prestar atencion a unas muestras de recomendaciones de expertos con el fin de consolidar esa relacion y mejorarla si cabe. (1)

Las relaciones entre la UE y Estados Unidos

El siglo XX, marco nuclear de esta relacion, estuvo dominado por una serie identificable de acontecimientos, ideologias e hitos de las relaciones interestatales. Destacan en ese sentido dos guerras de alcance mundial, el auge y la caida de dos ideologias que dejaron tragica huella y, por lo menos, una relacion intercontinental que ha estado intimamente relacionada con las contiendas belicas y se ha mantenido firme a pesar del extremismo politico. La relacion entre Estados Unidos y Europa, de manera concreta en los ultimos 60 anos con la UE, puede considerarse como uno de los vinculos historicamente naturales. Pero lo que parece "normal" tiene perfiles y vertientes de dimensiones variadas y se presta a un ajuste de analisis, incluso todavia mas en la actualidad cuando, segun todas las apreciaciones, se ha pasado a otra epoca diferente del siglo llamado "americano".

Conviene tener en cuenta que ambos contrayentes de ese maridaje son diferentes en su ADN esencial, contrastan en su estructura, y se han comportado de forma similar y no siempre como bloque solido a prueba de todas las dificultades. A pesar de todo, la supuesta positiva relacion Europa-Estados Unidos se da por descontada y exenta de serias discrepancias. En los momentos cruciales, ambos socios parecen responder a similares valores, intereses y objetivos. (2) Pero hay que reconocer que tienen una personalidad diferente.

Se aconseja distinguir entre dos expresiones que frecuentemente se consideran sinonimas: Europa y UE. Resulta obvio que una (Europa) responde a una identificacion geografica o cultural, mientras que la otra (UE) es, de momento, un ente juridico que disfruta de plena personalidad como sujeto internacional desde el Tratado de Lisboa. (3) Antes, segun la ortodoxia del derecho internacional, la UE no existia. Solo la Comunidad Europea, a traves de la Comision, ejercia la representatividad del largo proceso de integracion europea. Pero la UE no podria ser una "nacion" de corte cultural o etnico sin estar sujeta al requerimiento de la opcion y la voluntad, segun los perfiles del nacionalismo basado en el linaje y el vinculo sanguineo de los individuos ("nacionales"). La UE (y sus predecesores) es un ente compuesto por Estados que se agrupan segun voluntad y no estan obligados por conquista, ocupacion o presion politica. En otras palabras, seria mas semejante a la "nacion liberal".

En contraste, al otro lado del Atlantico, una entidad de nombre ambiguo (Estados Unidos de America) posee un perfil definido y una personalidad internacional precisa, como pleno sujeto de derecho internacional. Pero la ! ambiguedad de la etiqueta "Estados Unidos" revela ambivalencias y confusiones. Asi, por ejemplo, en espanol se alude con frecuencia a "los Estados Unidos", en plural. Pero, de manera reciente, segun los manuales de estilo de la prensa de referencia, debiera ser siempre "Estados Unidos", un sujeto gramatical plural en la superficie que se emplea con formas verbales en singular. La firme conviccion de la solidez de ese ente se prueba por el hecho gramatical de que en ingles el nombre del pais (gramaticalmente una combinacion en plural, "the United Stated") se acompana de formas verbales en ' singular ("the United States is a rich country"). Esta curiosa peculiaridad, unica en la lengua anglomericana, rastrea su origen a la Guerra Civil. Antes de la contienda de secesion, se decia, en plural, "the United States are very powerful".

Pero con suma frecuencia se usan expresiones geograficamente equivocas, como "Norteamerica", y a sus ciudadanos se les llama "norteamericanos", con cierto desden de exclusion para canadienses y mexicanos. Es mas: no de forma rara, se menciona a "los americanos". Si esa simplificacion o ampliacion puede ser considerada como defectuosa, se refuerza por las expresiones tipicas en ingles por las que se refieren a si mismos sin ambages como "Americans"", naturales y ciudadanos de un pais que se etiqueta como "Americd". Esta aparente arrogancia se siente, de manera paradojica, respaldada por ciudadanos de diversas regiones del planeta que, sin preocupacion, llaman a los "estadounidenses" (una apelacion que se emplea con poca frecuencia) como simplemente "americanos".

Pero, en fin, cualquier autor de comentario veloz y estudio riguroso es consciente de la precisa identificacion de "Estados Unidos": un territorio definido, con estructura federal compuesta de Estados (herederos de las "colonias" britanicas que se independizaron por decision propia en 1776), un pueblo que adquiere ciudadania de "Estados Unidos", unas instituciones comunes elegidas por sufragio universal, y con reconocimiento internacional. En contraste, las dudas asaltan al estudioso sobre la personalidad de "Europa". Se cuestiona su existencia, se medita sobre sus limites imprecisos y se indaga infatigablemente sobre sus valores e intereses compartidos.

Pero mientras parece que los "americanos" saben quienes son, los europeos se deben contentar, con notable subconsciente conviccion, con saber quienes no son. Europa, por lo menos, no es Africa, no es Asia, y los europeos se distinguen de los habitantes del Oriente Medio, aunque en algunos paises sus ciudadanos sientan afinidad por los valores europeos.

De lo anterior se deduce, corrigiendo la aseveracion de que ambas entidades responden a diferente personalidad, que tienen en comun el estar construidas por un procedimiento y fuerza similar: la voluntad. Se es estadounidense, juridica y mentalmente, por decision individual. Aunque en el interior un recien llegado no adopte todos y cada uno de los ingredientes del credo norteamericano, su derecho a serlo no le puede ser denegado y cada uno lo ejerce a su manera. La UE, constituida no por individuos, sino por Estados, tiene tambien similares cimientos nacidos en la voluntad de adherirse. Los ciudadanos de cada uno de ellos adquieren esa condicion tambien de forma voluntaria, aunque de forma indirecta por decision de los Estados de los que son ciudadanos. No pueden, en terminos juridicos, acceder a la ciudadania europea igual que los estadounidenses adquieren la suya, sin necesidad de pasar por el tamiz de convertirse en ciudadanos previamente titulares de un Estado en que se reside. La "ciudadania europea" es en realidad una condicion hibrida, como se hace patente de manera grafica por las cubiertas de los pasaportes.

Pero en ambos casos, el europeo y el estadounidense, la voluntad de adherirse hace posible el refuerzo de una nacion en la que se cree pertenecer. En Europa esa cualidad se da por descontada por la fuerza irresistible de la historia. Se daria de esa manera el caso...

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