Unidos contra el delito

México.- La sociedad mexicana ha experimentado una ruptura profunda en su tejido generada por las malas condiciones económicas, sociales y culturales que ha vivido por muchos años. Antes de mediados de los noventa, el Estado tenía la capacidad de controlar a la delincuencia porque sus agentes eran a su vez los líderes de las organizaciones delictivas; este perverso control se rompió con los cambios democráticos pero México fue incapaz de crear nuevos controles mediante un sistema de prevención, policial y de justicia eficaz.

Durante poco más de diez años la autoridad fue ineficaz o complaciente con el delito y apenas estamos viendo que esto empieza a cambiar. Para lograr el cambio hay que entender que en el nuevo sistema democrático, en contraposición del autoritario, se necesita la participación activa de la sociedad, el acercamiento entre el ciudadano y su autoridad, el respeto entre ambos.

Es fundamental decir que los principales responsables de la inseguridad son los presidentes municipales y los gobernadores, y no el Presidente de la República, pero lo que sí es su obligación es crear una política nacional permanente y articulada, y eso quiso ser el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad firmado en agosto de 2008.

El tema detonante de este Acuerdo fue el aumento en el número de secuestros que desde un año atrás, sin éxito, muchos veníamos denunciando. Son múltiples los factores que provocaron este aumento pero la causa más importante es la separación entre el gobierno y la sociedad que hace que la ciudadanía no denuncie.

México Unido contra la Delincuencia se ha convertido en un intermediario entre la ciudadanía y la autoridad, y muchos ciudadanos acuden a nosotros antes que a la autoridad para pedir consejo. Nuestro consejo es denunciar el delito ante las autoridades competentes y, según el tipo de caso y su modus operandi, nosotros los canalizamos a la Federación, a los Estados o al Distrito Federal, porque esta es la única forma de disminuir la impunidad y de erradicar el...

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